Marea negra

Película de género bien realizada y dividida claramente en dos partes. Wahlberg y Malkovich disfrutan en unos papeles hechos a su medida

Por

Fernando Gil-Delgado

25 noviembre, 2016

Marea negra: Fuego en el agua

· Marea negra | Se puede dividir en dos partes; en la primera se presenta al equipo, y en la segunda asistimos a lo inevitable, con un brillante despliegue de explosiones e incendios.

Deepwater Horizon, título original de Marea negra, era una plataforma petrolífera situada en el Golfo de México que sufrió un terrible accidente en abril de 2010. Esta película reconstruye los hechos, un accidente que pudo haberse evitado: costó la vida de 11 trabajadores y provocó una tremenda catástrofe ecológica.

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Peter Berg (El único superviviente) se subió en marcha a este proyecto, iniciado bajo la batuta de J. C. Chandor, y ello se nota en esta cinta que, aunque correcta, entretenida y espectacular, resulta un tanto anónima. Marea negra es una película de género bien realizada, y poco más. Se puede dividir en dos partes; en la primera se presenta al equipo, y en la segunda asistimos a lo inevitable, con un brillante despliegue de explosiones e incendios.

Lidera el reparto, y el papel le sienta bien, Mark Wahlberg, responsable de mantenimiento de la plataforma: es un hombre hogareño, buen esposo y padre, gran profesional, capaz de enfrentarse a los ejecutivos de la BP. A estos los dirige -también es un papel a medida- un cínico John Malkovich; ellos, o la BP, descuidan la seguridad con tal de ahorrar unos pocos dólares. Marea negra es una fábula moral: «La avaricia rompe el saco». Hay responsables, y tienen nombre y apellidos. Lástima que la película no profundiza luego en este tema. Los héroes, por su parte, tienen ideales y en los momentos difíciles sacan fuerza de su fe.

Marea negra tiene el gran mérito de mantener todo el tiempo el interés de un espectador que sabe lo que va a ocurrir. La dificultad es grande en la primera parte, en la que hay numerosas explicaciones técnicas sobre el funcionamiento de la plataforma. La segunda parte es un logro técnico, un auténtico infierno desatado en el agua, tanto que sorprende que hubiera supervivientes.

Un buen espectáculo algo distante.