Nunca apagues la luz: Miedo a la oscuridad

· Nunca apagues la luz | Los personajes están bien desarrollados y los actores -poco o nada conocidos- son convincentes y -como se suele decir- hay química entre los hermanos.

Nunca apagues la luz cuenta la historia de Rebeca, su hermano pequeño Martin y su madre Sofía. Rebeca se marchó de casa en cuanto tuvo la ocasión, culpando a su madre -de temperamento inestable- de la infelicidad familiar y de las pesadillas que la atormentaban. Han pasado unos años y su hermano pequeño, incapaz de dormir a causa de unas persistentes pesadillas, acude a su hermana mayor.

La opera prima de David F. Sandberg es un trabajo académico, sigue modelos conocidos, es bastante previsible, y no es la película de terror más terrorífica que puedan encontrar los fans del género, pero tiene algo que funciona, y que explica el éxito que está conociendo en Estados Unidos. Los personajes están bien desarrollados y los actores -poco o nada conocidos- son convincentes y -como se suele decir- hay química entre los hermanos. Los sustos funcionan. La tensión y el suspense están bien construidos, y el director juega hábilmente con uno de los miedos atávicos de la humanidad, el de la oscuridad.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Marc Spicer
  • Montaje: Michel Aller,  Kirk M. Morri
  • Música: Benjamin Wallfisch
  • Duración: 81 min.
  • Público adecuado: +16 años (VS-)
  • Distribuidora: Warner
  • EE.UU. (Lights Out), 2016
  • Estreno: 19.8.2016
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.