Secretos de guerra

La guerra es una de las realidades más desconcertantes y difíciles de explicar a los niños. Con semejan­te reto se atreve Dennis Bots, director nacido en Zam­bia y criado en Holanda cuya carrera ha estado más orientada a la serialidad televisiva que al cine. Y lo hace con buena mano.

Secretos de guerra narra la amistad entre Tuur y Lam­bert, dos amigos preadolescentes de familias muy dis­tintas que viven en un pueblo holandés en 1943, pa­ra los que la ocupación nazi en el contexto de la II Gue­rra Mundial es solo -bendita inocencia- un apasionante contexto en el que vivir juntos sus aventuras.

La bajada a los refugios cuando los aviones de guerra surcan el cielo en medio de la noche, la aparición de signos de vida en una cueva abandonada… Todo es un motivo de celebración de la amistad, hasta que la lle­gada a la escuela de Maartje, una niña de su edad, pa­riente de unos vecinos, y el descubrimiento de miem­bros de la resistencia en el pueblo alteran la feliz Ar­cadia de los niños.

La interpretación, sobre todo de los tres pequeños pro­tagonistas, es espontánea y fluye con naturali­dad. La relación entre ellos, preciosa al principio, va ad­qui­rien­do complejidad y oscuridad conforme avanza el argu­mento y los niños encuentran preguntas sin res­pues­ta, verdades que los mayores les ocultan y que les obli­gan a tomar decisiones morales dejando a un la­do la ingenuidad infantil, para dar el paso a la ado­les­cen­cia más rápido de lo que desearían. La fotografía re­tra­ta con solvencia la expresividad de los personajes y el contexto bélico. Algunas escenas, como la del va­gón, son poderosas.

Se le podría achacar blandura y previsibilidad a Secretos de guerra, pero su propósito no es abordar con la crudeza que corresponde la barbarie de la guerra, el nazismo y el holocausto de los judíos, sino facilitar a los niños una explicación digerible para su edad de la injusticia, de la privación del derecho a la vida y a la libertad de personas y naciones que supone una invasión bélica y su repercusión tanto en el desarrollo per­sonal como en las relaciones familiares, sociales y de amistad. Y a los padres y educadores, un instrumento didáctico útil para ver en clase o en familia.