Trolls

Trolls: Música y diversión

· A los Trolls les sobra encanto, y la película, a falta de una trama compleja o profunda, les deja lucirse a base de canciones y bailes.

Los Trolls fueron creados por casualidad, fue un simple regalo de un leñador danés a su hija; entonces eran unos muñecos de madera. Los Trolls son unas criaturas pequeñas, con largas melenas de brillantes colores, cuya única ocupación es ser feliz y manifestarlo cantando, bailando, celebrando cualquier cosa. Sus vecinos, los Bergens, son unos gigantones feos y tristes, que solo consiguen ser felices un día al año, cuando comen troll. Con ese supuesto ya tenemos una historia: cómo los Trolls huyen de los Bergens, cómo son atrapados y las aventuras de Poppy, princesa troll, empeñada en rescatar a sus amigos, que están a punto de ser devorados.

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Trolls, último producto de la división de animación de DreamWorks, es especial: cinta concebida como un simple divertimento para pequeños -único sector en el que la división ha conseguido dividendos, con la excepción de Los Croods-, funciona y puede atraer a un público más amplio que su target inicial. El secreto ha sido la falta de pretensiones, no buscar la competencia con Disney o Pixar, y realizar un buen trabajo, con gracia. A los Trolls les sobra encanto, y la película, a falta de una trama compleja o profunda, les deja lucirse a base de canciones y bailes; entonces el pequeño drama se convierte en un musical lleno de éxitos de los sesenta y setenta, seleccionados por Justin Timberlake, y los Trolls se atreven a representar La Cenicienta y se atreverán con cualquier historia que un guionista avezado les ponga delante.

En el capítulo de la animación, pilotan la nave dos veteranos, Mike Mitchell y Walt Dohrn, ambos trabajaron en diversas entregas de Shrek, y aquí despliegan su talento con libertad e imaginación. La factura es excelente, bien que sorprende al estar dedicada a un mundo infantil, con texturas de peluche y plastilina. El guion bebe de cuentos clásicos, pero sobre todo de Cenicienta y de Los Pitufos, y lo hace con acierto, sorprendiendo y provocando hilaridad, remozando con ingenio los elementos viejos.

Buena película familiar, en definitiva, con un tono positivo, un mensaje feliz y una escena final intercalada entre los títulos de crédito.