U-571

La película da todo lo que promete, aunque quizá se le pueda acusar de tener unos personajes un tanto planos

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7 octubre, 2000

U-571: Un film de corte clásico

U-571 | En los años 80 y 90 el cine bélico americano se ciñó casi exclusivamente a la guerra del Vietnam. Directores como Oliver Stone, Michael Cimino o Francis Ford Coppola, retrataron una guerra oscura entre ciénagas asiáticas y campos de arroz, levantando así grandes murales que se convirtieron en retratos generacionales. Los norteamericanos hicieron de este modo una especie de público examen de conciencia. Vietnam era una guerra incómoda de filmar, y quizá por ello se ha vuelto a la II Guerra Mundial, una guerra en la que los americanos no salieron derrotados y donde sus directores pueden rodar sin tener que posicionarse políticamente, donde se pueden centrar en las vicisitudes del héroe que, desde La Odisea para acá, ha de cumplir una misión justa y llevar a sus hombres a buen puerto.

Es por eso U-571 una película de corte clásico. Los personajes no tienen los dobleces, aunque sí las dudas, del pseudohéroe que se estila últimamente, tanto en cine como en literatura. También es clásica en sus formas, se ve en un suspiro, pero sin necesidad de las estridencias ni forzadas aceleraciones del cine de acción actual.

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U-571 tiene mucho, o mejor dicho, todo, de aquellas viejas películas de guerra de la Sesión de tarde de los sábados, pero se nutre de las tecnologías más modernas para hacer creíble cada plano, cada inmersión. En ella se utilizan todos los tópicos del subgénero submarino: la claustrofobia, los torpedos, esos extraños ruidos que escuchan sus tripulantes en el interior cada vez que se acerca una nave enemiga.

La película da todo lo que promete, aunque quizá se le pueda acusar de tener unos personajes un tanto planos. De ellos no sabemos nada de su pasado, pero es que la película fluye tan rápidamente que cada actor salva su personaje con dos o tres detalles que le definan. Porque cuando te quieres dar cuenta estás en mitad de la acción y no te importa si el personaje está casado, tiene novia o si nació en Oregón. Tan solo importa que estás en plena guerra y hay una misión que cumplir.