Vivir para siempre: Sam antes del “The end”

El director de Mía Sarah se ha ido al nor­te de Inglaterra (el país donde se formó co­mo cineasta y con el que mantiene una estre­cha relación profesional y vital) pa­ra rodar con aplomo esta poderosa histo­ria basa­da en la primera y premiada nove­la de la in­glesa Sally Nicholls sobre Sam, un chico de 12 años con leucemia al que queda poco tiempo de vida y tiene que afrontarlo con la ayuda de su familia y de un amigo de su edad, también gravemen­te enfermo.

Ron (Madrid, 1972) ya demostró en su ope­ra prima (la última película de Fer­nán-Gó­mez) que es un cineasta con un don pa­ra la comedia romántica, muy buena mano con los actores, talento en la escri­tura… y una tendencia desmedida al me­lodrama. En su segundo largo, los acier­tos superan con cre­ces las debilidades.

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Ron se atreve con una historia arriesga­da (algo muy duro contado con jovialidad y des­parpajo) y dirige muy bien a sus acto­res, es­pecialmente a los niños, logrando se­cuen­cias excelentes. Para mi gusto abusa del preciosismo en el montaje (esos rótu­los tan reiterativos, la sensación de que to­do es­tá demasiado arregladito) y de las can­cio­nes, que terminan siendo un relleno más pro­pio de una serie de TV que de un largome­traje.

Pero hay en Ron valentía para acercarse a asuntos que se suelen esquivar o bana­lizar, con grandes preguntas y algunas res­puestas interesantes. No es Millones (el ni­ño amigo del protagonista es el mismísi­mo Alex Etel, el inolvidable Damian de la pelícu­la de Boyle), tampoco la excelente Mi vi­da sin mí, pero lo intenta con unas ma­neras inteligentes y muy dignas. Desde ese punto de vista, hay que descubrirse an­te el trabajo de fotografía de Gilaberte y el aplomo de la puesta en escena, que in­cluye un inteligente uso de efectos visua­les y recursos muy imaginativos.

El guión ha querido ser fiel a la estructu­ra de diario de la novela, y me parece que esa decisión no es del todo afortunada, al me­nos no en la forma en que se ha he­cho. Mientras Greta Scacchi está sencilla­mente im­perial en sus apariciones, Ben Cha­plin no termina de manejar bien los tiem­pos de su complejo papel de padre, aun­que tiene en Emilia Fox un buen apoyo para componer un matrimonio con gan­cho, que entrega algunas escenas brillan­tes.

Gustavo Ron tiene cosas que decir y pro­me­te que su tercera película será de aven­tu­ras. Le esperaremos con mucho inte­rés.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Miguel P. Gilaberte
  • Montaje: Juan Sánchez
  • Música: César Benito
  • País: España/Reino Unido
  • Duración: 100 m.
  • Público adecuado: +12 años
  • Distribuidora: European Dreams Factory
  • Estreno: 29.10.2010

Ways to live forever, 2010

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