Samuel Blumenfeld y Laurent Vachaud someten a un tercer grado al autor de El fantasma del paraíso (1974). Un largo interrogatorio a uno de los directores de primera línea del Hollywood actual más esquivos a las entrevistas.
Brian de Palma es sin duda uno de los mayores manipuladores de la historia del cine, pues se trata sin duda de un virtuoso. Es un director amante de la técnica, la experimentación y de los ampulosos movimientos de cámara que se ha sentido a menudo maltratado por la crítica, que le despacha como un mal imitador de Hitchcock. A pesar de ello, su carrera ha sintonizado con el gran público y ha obtenido
El libro hace un repaso a su filmografía desde sus primeros cortos- Icarius (1960)- hasta Femme fatale (2001), pasando por sus conflictos con el guionista David Mamet durante la producción de Los intocables de Eliot Ness, su arrepentimiento por el uso indebido de la pantalla partida en Carrie (1976), o sus problemas de todo tipo en Corazones de hierro (1989). Durante la entrevista, Brian de Palma trata de distanciar su carrera de la de Sir Alfred, pero cuanto más esfuerzo hace, más vemos su influencia.
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