13 Tzameti

13 Tzameti: Gris sangre

¿Qué estarías dispuesto a hacer para escapar de la miseria? Esta es la premisa entorno a la cual se construye 13 Tzameti, ópera prima del director georgiano afincado en Francia Géla Babluani. Muy cercana al cine negro, a la estética de los años 60 y dotada de una austeridad que resulta en ocasiones hiriente, 13 Tzameti narra el descenso a los infiernos de un don nadie en busca de un futuro mejor. Movido por el azar, el joven Sébastian tomará un tren sin retorno en el que sólo sabe que puede ser altamente beneficiado.

A través de muy pocos elementos conocidos y una infinitud de incógnitas, Sébastian y el espectador van descubriendo conjuntamente las peculiaridades y los riesgos del viaje, a medida que se revelan en toda su crudeza los reversos más tenebrosos del alma humana y la mimética puesta en escena de Babluani. El cineasta hace de la tensión la principal protagonista de la acción, ya sea cuando el interrogante está presente o cuando el juego se revela y sus reglas quedan impresas a fuego.

Gracias a los silencios, a la fuerte presencia del actor George Babluani, a la repetición como vehículo de la angustia, 13 Tzameti se presenta como una producción solvente, atractiva e, incluso, elegante a pesar de la abrumadora violencia que en ella hace su aparición. Con todo, el conjunto de la ópera prima de Babluani queda descompensado por un arranque excesivamente ralentizado -de unos 25 minutos de metraje- que no parece tener una clara aportación a la trama global. Si bien le sirve al director para asentar las bases de la casualidad y la situación extrema de Sébastian, la relación entre el mafioso y su amante manipuladora es inncesaria y retrasa la aparición del verdadero tono de la película.

Tras haber logrado el Gran Premio del Jurado en Sundance 2006, el premio Dino de Laurentiis y el Premio Netpac al Director Revelación en el Festival de Venecia 2005, Géla Babluani está preparando el remake americano de Tzameti, que contará con un presupuesto de 20 millones de dólares.