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El gran dictador

A diferencia de muchas otras películas de humor de la época e incluso de otras películas de Chaplin, provoca la risa con una actualidad sorprendente

El gran dictador

El gran dictador: Una obra maestra

El gran dictador | 1938. El partido nacionalsocialista lleva cinco años gobernando Alemania. Las potencias mundiales intuyen que algo peligroso se cuece en el país teutón. Ante la grandiosidad, la preciosidad y la belleza apabullante del ejercito hitleriano, poca gente es capaz de rechistar. Pero en ese año, el cómico más famoso y mejor pagado del mundo, se propone hacer frente con las armas de la risa y la imagen en movimiento al poderoso Tercer Imperio alemán. A Charles Chaplin nadie le apoyó. Todo fueron consejos para disuadirlo de hacer una producción harto temeraria. Pero Chaplin no desistió y tuvo que financiar la producción enteramente de su bolsillo, ante la negativa de las Mayors para financiar el proyecto. Finalmente, el 15 de octubre de 1940 se estrenaba El gran dictador, entre el clamor de la muchedumbre de estrellas de Hollywood que fueron a verla.

Años más tarde, el cineasta británico comentó que se arrepentía en cierta manera de El gran dictador por cuanto había utilizado como motivo para la hilaridad un hecho real que se había transformado en el verdugo genocida de millones de personas. Es ahí donde reside el dilema de los momentos cómicos de esta película. ¿De qué nos reímos? ¿De cómo un demente dictador torturaba a poblaciones enteras de judíos y cristianos? ¿De cómo hacía lo posible por provocar una guerra mundial? Puede que algún aguafiestas piense así. Pero cuando uno ve las escenas míticas del afeitado al ritmo de la Danza Húngara de Brahms, de los discursos en el subanestrugenbajen deutsch, o el mano a mano entre los hermanos dictadores, se está riendo de Chaplin. De hecho, el propio Adolf Hitler pidió ver la película en dos ocasiones y un miembro de su círculo de allegados afirmó que se había reído.

Rotundamente, El gran dictador, a diferencia de muchas otras películas de humor de la época e incluso de otras películas de Chaplin, provoca la risa con una actualidad sorprendente. Chaplin aunó toda su imaginación, su capacidad para hacer reír, el equipo y el dinero para una gran producción y consiguió como resultado una obra maestra imperecedera. El gran dictador es, además, modélica en muchos sentidos. Es modelo para las películas cómicas. Modelo para el cine reivindicador. Modelo -casi único- del cine de actualidad política, con un discurso final pronunciado no por Astulfo Hynkel, ni por el barbero judío, sino por el mismo Charles Chaplin.


Extras del DVD

La nueva colección de Charles Chaplin que acaba de lanzar Mk2 al mercado, tiene como gran aliciente, los completos extras que traen cada película. En concreto, los de El gran dictador son verdaderos documentos históricos. El primer y más suculento material adicional es un documental británico de la Turner Classic Movies, narrado por Kenneth Branagh que hace un repaso bastante original y veraz de la relación entre Charles Chaplin y Adolf Hitler, empezando por la diferencia de cuatro días entre sus respectivos nacimientos. 55 minutos sin desperdicios, con comentarios de la talla de Sidney Lumet, Ray Bradbury o Sidney Chaplin, el hijo que rodó las imágenes en color con una cámara de aficionado, mientras su padre rodaba una película que pasaría a la historia del cine. Este documento también se incluye íntegro en un capítulo de los extras. Pocas veces se han rodado o conservado imágenes del rodaje de alguna película del Hollywood clásico y aún menos en color; es ahí donde reside el interés de estas imágenes además del de poder ver todo el colorido que se desperdiciaba en el blanco y negro. Además, los extras contienen un corto que se podría denominar como el precursor de la escena de la barbería en El gran dictador, una escena de la película Monsieur Verdoux en la que Chaplin vuelve a recurrir al tema nazi. Los carteles de la película en diversos países y escenas de las películas de la colección, cierran el disco de material adicional.

Ficha Técnica

  • R. H. Totheroh, K. Struss
  • Charles Chaplin   Mk2
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