Esperando a Míster Bojangles

Adaptación de la primera novela de Olivier Bourdeaut, muy apreciada por su originalidad, en la que Gary, niño de diez años, cuenta la historia de sus padres, Georges y Camille, una pareja harto original, que ha logrado transformar nuestro mundo gris en un lugar fantástico, lleno de color y fantasía, principalmente bailando continuamente la canción Mr. Bojangles (en la versión de Nina Simone).

La tercera película de Régis Roinsard (Populaire, Los traductores) es un desafío que el director ha abordado con el coraje de sus protagonistas, pero cuyo resultado no está a la altura de sus ambiciones. Virginie Efira y Romain Duris son una pareja maravillosa, sueño de cualquier director, especialmente adecuada para esta historia. Aportan todos los matices que requieren sus personajes. Consiguen un arranque mágico pero creíble, digno de Capra, y logran levantar la película cada vez que se viene abajo. Pero la mayor parte de esta cinta ha perdido el punto de vista infantil. La mirada del niño deja paso a la mirada de un espectador adulto, y éste ve una realidad muy diferente: la triste historia de una familia afectada por una enfermedad.

Falta de fantasía, la historia se vuelve simplemente surrealista y/o cargante, bien que haya que aplaudir el empeño del director y sus actores que nos han dado un puñado de secuencias memorables.