John Carter

John Carter: Rizar el rizo

Esta película cuenta la épica aventura de un humano en el desértico planeta Marte, habitado por guerreros salvajes en plena guerra tribal. John Carter, voluntario de Virginia en la Guerra de Secesión y, tras ella, frustrado buscador de oro, aparece misteriosamente en el planeta Marte para participar en otra guerra civil. Aunque está harto de peleas, la bella princesa Dejah Thoris será su motivación en una extraordinaria aventura.

Las aventuras de John Carter en Marte, obra de Edgar Rice Burroughs, tiene más de un siglo de existencia. Reconozco que no conocía al personaje, aunque sí conocía su serie de Venus, inspiradora de Flash Gordon, inspirador de La guerra de las galaxias, y aquí vemos como se completa el círculo: este John Carter se parece más a sus derivados cinematográficos y a la saga de Lucas que a su modelo original literario.

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Producida por Disney y diseñada como película familiar de aventuras, su estilo recuerda ligeramente a Príncipe de Persia: las arenas del tiempo; pero en la forma bebe directamente de George Lucas, con extraños personajes y animales, a medio camino entre la imaginación de Burroughs y la de Lucas, con profusión de batallas y naves espaciales.

El comandante de este portaviones (más de doscientos millones de dólares de presupuesto) es Andrew Stanton, director de Wall·E. El proyecto le viene grande. Porque hay que decirlo, se le ve poca enjundia a la película, reducida a un simple divertimento con muchas carreras, batallas, efectos especiales bien ejecutados, pero que al final sabe a poco, no deja de ser un epígono de la saga galáctica.

Un ejemplo, los pocos minutos que John Carter pasa en su época, al comienzo de la historia, pegándose con los soldados de la unión interesan mucho más que dos horas de guerras cósmicas en Marte (donde lo más notable son los saltos que pega gracias a la falta de gravedad).

Una película de aventuras poco original y muy larga, un entretenimiento familiar que encaja en la categoría «si te vi, no me acuerdo».

Lo mejor: El comienzo en el oeste americano.

Lo peor: Montaje y metraje.