Jumanji: Bienvenidos a la jungla

Aventuras sin pretensiones

· Antes de comparar un Jumanji con el otro, permítasenos decir que esta película es una comedia de aventuras, entretenida, simpática casi todo el tiempo -un par de chistes procaces no logran estropear el carácter familiar de la cinta-.

Tras un breve prólogo que habla de la misteriosa desaparición de un joven hace veinte años, nos presentan a cuatro alumnos de un instituto: Spencer, el tímido listo y apasionado de videojuegos; Fridge, el deportista; Bethany, la barbie pegada a su móvil; y Martha, tímida intelectualoide. Los cuatro están castigados a ordenar un viejo trastero, donde encuentran una video consola antigua (en el primer Jumanji se trataba de un tablero de mesa); la enchufan, eligen avatar -una palabra que se extiende como la peste- y mágicamente aparecen en plena jungla del juego, con una misión que cumplir, y en la piel de sus avatares. No hay vuelta atrás, deben acabar la tarea o morir en el empeño.

Antes de comparar Jumanjis, permítasenos decir que esta película es una comedia de aventuras, entretenida, simpática casi todo el tiempo -un par de chistes procaces no logran estropear el carácter familiar de la cinta-. Jake Kasdan (Bad Teacher) mejora respecto a aquel producto, apuesta decididamente por el humor. Este se apoya en la exhibición de Karen Gillan, Dwayne Johnson, Kevin Hart y Jack Black interpretando a un personaje que no corresponde a su cuerpo: Dwayne Johnson es Spencer, un adolescente flacucho y miedica; Jack Black es… Bethany, la barbie, etc. El telón de fondo es una aventura a la Indiana Jones simplificada, no en vano son escenas de un videojuego.

El resultado es amable, lo que cabía esperar visto el cartel. Las mayores críticas pueden venir de las expectativas que despierta un nuevo Jumanji: aquella cinta fue rompedora, unía la mejor tecnología de la época, una imaginación desbordante y un ritmo frenético; tenía además algunas reflexiones interesantes con un envoltorio vitriólico. Esta se limita a una aventura relativamente inocente en la que unos adolescentes se conocen mejor y corrigen sus defectos. La adaptación de la historia al mundo contemporáneo es acertada, pero no la convierte en una gran película, sino en un producto de consumo agradable y prescindible.