Las aventuras de Sammy: Un viaje extraordinario

Las aventuras de Sammy: Un viaje extraordinario / La vuelta al mundo en 50 años

Las aventuras de Sammy: Un viaje extraordinario | El empeño por desarrollar el 3D no se corresponde con el descuido del guión y de los personajes de esta cinta de animación.

Sammy, tortuga anciana, recuerda sus aventuras: estas comienzan en 1959, en una playa californiana, cuando logró sobrevivir a las gaviotas gracias a Shelly, una encantadora tortuga que conoció en ese momento, y perdió de vista inmediatamente. Después hizo un nuevo amigo, Ray, y juntos realizaron un largo y peligroso viaje alrededor del mundo, en busca de Shelly, y de la playa en la que nacieron.

Segundo largometraje del belga Ben Stassen (Fly me to the moon) que lleva diez años experimentando con animación en 3D. Quienes conozcan la película anterior podrán apreciar la muy positiva evolución de este autor: la calidad de la animación y el 3D, en particular para las escenas acuáticas, es sensacional. La historia, por su parte, no está a la altura de la calidad técnica.

Hay que decir que se trata de una historia muy simple, destinada para un público muy pequeño, menor de doce años, o para incondicionales de la animación y del 3D. Los personajes son encantadores, valientes, positivos, pero esquemáticos y arquetípicos; y las aventuras son simples, y pocas veces hacen reír. Todo ello obedece a una razón, Stassen se ha preocupado más de hacer un documental marino con una lección ecológica: hay que cuidar los océanos, no contaminar y cuidar a las ballenas, que de desarrollar la personalidad de sus tortugas.

Una bonita película familiar, visualmente extraordinaria, que resultará un poco aburrida para los mayores, sobre todo si están acostumbrados a los guiones y diálogos de Pixar y de las últimas producciones de DreamWorks.

▲ El manejo del 3D.

▼ La falta de desarrollo de sus personajes.