Milagro azul

Milagro azul: Pesca milagrosa

· Crítica de Milagro azul | Disponible en Netflix.
· Película emotiva, que alimenta cierto aliento épico en sus entrañas, pero sus formas son pequeñas y su aparataje visual es limitado.

Basada en una historia real, Milagro azul podría encuadrarse en el cine de logros deportivos, pero sería un error. Sería como decir que el Tiburón de Spielberg es una película sobre la pesca deportiva. Más bien estamos ante una historia de superación, de crecimiento personal, un relato con valores humanos.

Todo gira en torno a la Bisbee’s Black & Blue, un campeonato de pesca. No cualquier campeonato sino la Super Bowl de la pesca con caña. En él intervienen un grupo de niños junto con su maestro con la intención de aprovechar el premio para salvar su orfanato. Para ello se alían con un pescador, que no es precisamente la alegría de la costa, que interpreta con más oficio que credibilidad Dennis Quaid. Un actor que da un toque hollywoodiense al conjunto y que siempre hace subir dos o tres puntos el interés de cualquier película en que intervenga; aunque en esta ocasión se le ve un poco fuera del agua, como si el papel, o mejor dicho, la película, se le quedara pequeña. Da la sensación de estar desaprovechado, de que el bueno de Dennis -con un aspecto que cada vez recuerda más a otro ilustre como es Harrison Ford– estuviera llamado a mayores logros. Aún así es para él la mejor frase de la película: «Todos sentimos una llamada en el corazón a la grandeza»; aunque su personaje no parece muy dispuesto a seguirla. Si el protagonista, Omar, es un tipo sin tacha, el personaje de Dennis Quaid tiene todas las del mundo.

Milagro azul es una película emotiva, que alimenta cierto aliento épico en sus entrañas, pero sus formas son pequeñas y su aparataje visual es limitado. El director Julio Quintana (The Vessel) no saca todo el provecho de los momentos de mayor emoción y no parece que haya considerado que la acción y el peligro físico podrían haber jugado un importante papel en la película. La cinta es previsible en cuanto al resultado final desde el mismo título, por lo que el mayor interés no está tanto en el éxito o no de la empresa sino en disfrutar del recorrido. Le habría venido bien a la historia estrujar un poco más su guion. Haber puesto unas cuantas piedras más en el camino, meter algo más de drama y aventura aunque no hubiera ocurrido en la realidad -para algo es una película, no un documental-, y que los personajes fueran un poco menos estereotipados. Por eso la historia conmueve a medias a pesar de sus buenas intenciones.