Prometheus: Vuelta a los orígenes de Alien y de Ridley Scott
Muchos quisieran hacer esta película que está por encima de la media de los hits veraniegos, pero pasará a la historia como la última oportunidad fallida de volver a ver al gran Ridley Scott
Por ser la precuela de Alien, el octavo pasajero, Prometheus ha sido una de las películas más esperadas de los últimos tiempos, además porque suponía la vuelta de Ridley Scott a la ciencia ficción, el género que le hizo verdaderamente grande (con la ya nombrada y Blade Runner). Era casi la última esperanza de alzar de nuevo la carrera de un realizador que, sin haberse arrastrado ni mucho menos, coleccionaba una cara producción tras otra, con grandes actores, buenos puntos de partida y grandes ideas que, una vez vistas, eran perfectamente olvidables. A saber: El reino de los cielos, Un buen año, American gangster, Red de mentiras, Robin Hood… todas bien rodadas, a priori ambiciosas, pero al final insustanciales. Muchos otros directores hubieran dado un brazo por haber hecho estas películas, pero es algo triste que un realizador que ha sido revolucionario pase a no aportar nada más que films que se dejan ver.
Después de esta larga introducción, queda por despejar la gran incógnita: ¿es Prometheus el filme que nos devuelve por fin al gran Ridley Scott? Por desgracia, no. Pero eso sólo lo digo por querer ir al grano porque, volviendo a lo de antes, no quiere decir que estemos ante una mala película.
Vayamos por partes: corre el año 2093, la nave Prometheus se dirige a un planeta remoto en el cual, de acuerdo a pinturas rupestres encontradas en la Tierra, puede estar la clave para descifrar el origen del ser humano. A bordo hay unos cuantos, pero los que de verdad nos importan son Elizabeth Shaw (Noomi Rapace), una científica que no ha perdido la fe, su novio (Logan Marshall-Green), la representante de la compañía que financia la expedición (Charlize Theron), el capitán del artefacto volador (Idris Elba) y el androide que no puede faltar en peli del género que se precie (Michael Fassbender).
Tiene el punto de partida de las grandes cintas de ciencia ficción, aquéllas que crean realidades nuevas para preguntarse el ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? ¿por qué estamos aquí? Material que es explotado de maravilla al principio, con un prólogo estimulante, una elipsis inteligente y unas escenas en el primer cuarto de la película que son la perfecta traslación cinematográfica de la fascinación que produce la exploración espacial y la búsqueda de respuestas. Ecos de 2001: una odisea en el espacio y de lo mejor del primer Alien, pero con un toque distinto.
De pronto, la película se embala, la mayoría de los personajes, a los que realmente no habíamos llegado a conocer, nos dejan de importar, y a Ridley Scott le da por homenajearse a sí mismo. El problema es que repetir las fórmulas que te convirtieron en un revolucionario en los años 70 -incluyendo el efectismo gore- no impacta igual y menos te convierte en un revolucionario en 2012. La culpa, todo hay que decirlo, no sólo se la debería llevar Scott, también hay un guión en el que se notan demasiado las huellas de Damon Lindelof, que ya demostró como productor ejecutivo de la serie Perdidos su capacidad para diseñar interesantes universos, plantear grandes y valientes cuestiones (¿son ciencia y fe incompatibles?) y luego improvisar, dándole igual si el desarrollo posterior de la trama y los personajes y el desenlace son ilógicos, vagos e insustanciales.
Con todo, además del muy buen primer cuarto, el filme tiene buenas secuencias de acción, grandes actores que hacen bien su trabajo, un 3D que es instrumento al servicio de la película y no una excusa y, en general, se deja ver bastante mejor que la mayoría de los blockbusters veraniegos. Pero es una pena que Ridley Scott, que está a punto de cumplir 75 años, haya quedado sólo para esto.
Ficha Técnica
- Dirección: Ridley Scott,
- Guion: Jon Spaihts, Damon Lindelof,
- Intérpretes: Charlize Theron, Logan Marshall-Green, Guy Pearce, Sean Harris, Idris Elba, Michael Fassbender, Noomi Rapace,
- Fotografía: Dariusz Wolski
- Montaje: Pietro Scalia
- Música: Marc Streitenfeld
- Duración: 124 m.
- Público adecuado: +18 años (VX)
- Distribuidora: Fox
- Prometheus. USA, 2012
- Estreno en España: 3.8.2012