Superagente 86 de película

Superagente 86 de película: Un remake con otro aire

En pleno desarrollo de la Guerra Fría la industria televisiva norteamericana dio salida a la serie Superagente 86, una comedia de espías que contaba con el incentivo de tener como guionista a un humorista como Mel Brooks. La fórmula funcionó durante cinco temporadas, y la lucha entre Control (agencia norteamericana) y Caos (el grupo de villanos soviéticos) llegó a medio mundo.

Casi cuarenta años después, Peter Segal (50 primeras citas) moderniza la historia y la adapta para la gran pantalla. El director confiesa haberse sentido influido por la opción tomada en Batman begins, y por ello inicia la narración desde cero, es decir, antes de que Maxwell Smart se convierta en el agente 86. Aquí se aprecia el cambio fundamental con respecto a la fuente de origen; si en la serie, 86 era más bien corto de entendederas, en su versión para la gran pantalla, Smart se convierte en un profesional inteligente y brillante, aunque un poco torpe e inexperto.

Steve Carell (Pequeña Miss Sunshine) es el encargado de darle el giro al personaje protagonista. Aunque su interpretación es ingeniosa, no puede compararse con la extraordinaria comicidad de Don Adams. Su compañera de aventuras es una renovada Anne Hathaway, que se despoja de su imagen de jovencita y aparece como una mujer atractiva, decidida y agresiva.

Como cualquier remake que se precie, Superagente 86 de película rescata elementos de la serie y disemina a lo largo de la historia unos cuantos guiños al espectador. Sellos reconocibles como la consabida entrada supersecreta, el descapotable de 86 o el zapato-teléfono son rescatados para la ocasión. En el apartado narrativo se mantiene la sátira y la acidez política con el retrato del presidente estadounidense y la apreciación sobre los actores hollywoodienses.

Indiscutible producto de verano, el filme logra momentos cómicos y entretenidos pero no da mucho más de sí. Previsible desde su inicio, se deshace por culpa de una trama de fondo -la lucha de Control versus Caos- que pierde todo su atractivo por la lejanía del marco político en el que se pergeñó la idea original. Bien rodada y con una buena dirección de actores, Superagente 86 de película se suma a una retahíla de títulos que evidencia la carencia de ideas del cine comercial made in USA.