Trece vidas

La historia real ocupó la actualidad mundial durante varias semanas de 2018. Doce niños, un equipo de fútbol infantil, y su entrenador quedaron atrapados en la cueva Tham Luang (Tailandia) cuando una inesperada tormenta inundó parte de la misma. Con la salida anegada y el nivel del agua subiendo, no pudieron más que refugiarse en el interior. Durante varios días no se supo si lograrían encontrarlos, y mucho menos si los hallarían con vida. Las autoridades enviaron a buzos de la armada que no pudieron superar los estrechos y laberínticos túneles inundados de la cueva. Un improvisado equipo de voluntarios, formado por expertos buzos espeleólogos, consiguió dar con ellos y plantear el reto de sacar a los niños de la cueva antes de que las lluvias del monzón la inundaran por completo.

El año pasado el documentalista Jimmy Chin, oscarizado por su Free Solo, estrenó Rescate en las profundidades, un magnífico documental que narraba estos mismos sucesos. Ron Howard ha realizado una gran reconstrucción de los hechos con todo detalle y -gracias a un guion afortunado de William Nicholson– con perspectiva. Se muestra que el trabajo de los miles de voluntarios no es inútil, la labor y dificultades de las autoridades tailandesas, el sufrimiento de las familias y la extraordinaria disciplina y piedad de los jóvenes, que les permitió sobrevivir en unas condiciones extremas, incluyendo diez días de ayuno total.

Trece vidas es una gran película, de ritmo perfecto, apasionante a pesar de saber cómo acaba la historia y a la que no sobran ninguno de esos casi 150 minutos. La cinta rezuma virtudes por todas partes, sin discurso alguno. Hay que salvar a esos niños y lo mejor de la gente se pone en marcha: se da el tiempo y el dinero, se juega uno la vida, algunos campesinos aceptan perder sus cosechas para dar una oportunidad a esos chicos… por no mencionar las oraciones que suben al cielo por la salvación de todos.

Viggo Mortensen y Colin Farrell hacen un notable trabajo que no eclipsa la gran labor de todos esos actores tailandeses que llenan la pantalla.