Caza de brujas

Caza de brujas: El precio de la honradez

Algún lector reciente de nuestra revista podría sorprenderse de la atención que prestamos a las series nórdicas y, en especial, a las noruegas. Los lectores habituales de FilaSiete simplemente se felicitarán por tener otra excelente serie para ver.

Hace poco, me invitaron a dar un seminario a universitarios de distintos grados para ayudarles a crecer en las llamadas competencias trasversales, es decir, a saber de asuntos que no estudian en sus respectivos grados. No lo dudé un momento y propuse hablar de las series nór­dicas como otra manera de contar la realidad. Porque eso y no otra cosa están logrando con títulos como El tiem­po de la felicidad, Home Ground, Blinded, GreyZone, No­bel, Operación Telemark, La ruta del dinero, 22 de julio y Shadow lines. Por supuesto, ocupa un lugar de privilegio la danesa Borgen.

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Caza de brujas cuenta en ocho capítulos una historia de corrupción en uno de los países con más fama de éti­ca institucional y de transparencia empresarial. Al­go parecido a Islandia, hasta que el país fue saqueado fi­nancieramente en 2008-2009 por actuaciones temerarias de bancos, supervisores y el propio gobierno.

Ida Waage es la directora financiera de un importante bu­fete de abogados de Oslo. Cuando detecta una factura extraña, pide explicaciones. La factura corresponde a unos servicios prestados a una empresa que es la cliente más importante del bufete. La firma uno de los socios del despacho, que gestiona esa cuenta.

Las creadoras y guionistas de la serie llevan el relato pe­­gado a Ida, una mujer madura y con experiencia, muy va­lorada en el bufete por su eficacia y rigor, que conjuga con un trato cordial y cercano. La historia de terror la­bo­ral que desata la factura está contada con tanta naturalidad que por eso da más miedo.

Encabeza el reparto la actriz Ingrid Bolsø Berdal, que lee maravillosamente su personaje. El calvario que su­fre esta mujer pondrá de relieve la importancia de tener fiscales especializados en delitos económicos. Acierta el guion al renunciar a subtramas que restarían inten­si­dad al asunto central que va implicando a policías, mi­nistros, periodistas y jueces.

Los directores habían trabajado antes en series como Ho­me Ground y Occupied. Una de las guionistas, Siv Rajendram Eliassen, escribió El tiempo de la felicidad, la inol­vidable serie sobre el descubrimiento de petróleo en la costa noruega en diciembre de 1969.

Otra producción excelente, que conjuga la amenidad con el rea­lismo, sin rellenos innecesarios.