El Hobbit, diseño de producción
El Hobbit, diseño de producción: El 21 de septiembre de 1937, J.R.R. Tolkien publica un libro infantil titulado El Hobbit o Historia de una ida y una vuelta.
Desde su publicación, se han vendido más de 100 millones de copias del libro y se ha traducido a unos 50 idiomas diferentes. En 75 años, nunca ha dejado de estar en circulación.
El Hobbit, tal y como se conoce popularmente el libro, surge de la imaginación de un venerado autor, poeta, profesor de universidad y filósofo que concibió la historia como un cuento para contar a los niños antes de que éstos se fueran a dormir; sin embargo, el texto está iluminado por el amor que siente el autor hacia la naturaleza y los cuentos de hadas, sus experiencias en la guerra y el afecto que siente por aquellas almas humildes que prevalecen a pesar de obstáculos insuperables.
Hace aproximadamente una década, el director Peter Jackson se embarcó por su cuenta y riesgo en la adaptación del último trabajo de Tolkien, la revolucionaria trilogía de El Señor de los Anillos, tres películas que han forjado su propia huella imborrable en el léxico cultural. Cada una de ellas fue un éxito en taquilla que obtuvo elogios y premios por parte de la crítica; un trabajo que culminó con la película final El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, galardonada con 11 Oscars, incluyendo entre ellos los de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión Adaptado.
Tolkien escribió en un primer momento El Hobbit para luego continuar con El Señor de los Anillos, su ópera prima de tres volúmenes; sin embargo, Jackson hizo el viaje en la dirección opuesta. Continuando con la experiencia que vivió al hacer las películas de El Señor de los Anillos ha decidido volver atrás en el tiempo, 60 años atrás, para contar en una nueva trilogía lo que, de hecho, es la primera parte de la historia, comenzando para ello con El Hobbit: un viaje inesperado.
El Hobbit, diseño de producción: RODAJE DE EXTERIORES
El rodaje en exteriores se llevó a cabo durante ocho semanas y media en numerosos puntos de las islas norte y sur de Nueva Zelanda, la Tierra Media cinematográfica que ya se conoce en todos los rincones del mundo. El director de supervisión de localizaciones Jared Connon y su equipo se estuvieron preparando durante meses para la monumental tarea de rodaje de exteriores. Trabajó codo con codo con el departamento artístico para garantizar la consistencia entre lo que se estaba buscando y lo que se crearía en el plató de rodaje, como ocurrió con el Bosque de los Trols, que acabó siendo una composición de las Mangaotaki Rocks, cerca de Piopio, y un decorado artificial. «Todo se tenía que acordar de antemano para que molestásemos lo mínimo posible y la población local supiera exactamente a qué atenerse», comenta.
Debido a la complicada ubicación de muchas de las localizaciones y a los requisitos del rodaje, también hicieron falta muchos helicópteros para transportar al reparto y al equipo a la cima de montañas o a terrenos inaccesibles, como ocurrió en el caso de los paisajes de Braemar Station, en la cuenca McKenzie.
Gran parte de las escenas que se tomaron de la remota naturaleza salvaje y los variados paisajes de Nueva Zelanda se utilizaron para evocar el vertiginoso alcance de la imagen que tiene Jackson de la Tierra Media. Estas localizaciones incluyen lugares como la Kaihoka Station y las Ngarua Caves, en Takaka; el valle Mangaotaki, en King Country; Middlemarch, en Strath Taieri, y el Treble Cone, en Wanaka.
Alojar al numeroso equipo de producción solo fue posible gracias a la gentileza y al apoyo de los habitantes de la zona. «Confiábamos muchísimo en ellos allá donde fuéramos», indica Connon. «Se marchaban de sus casas para acogernos a nosotros y si necesitábamos cualquier cosa hacían lo que fuera por ayudarnos. Eran maravillosos.»
DEL INGLÉS AL KHUZDUL: LAS LENGUAS Y DIALECTOS DE LA TIERRA MEDIA
J.R.R. Tolkien, que era un gran amante de las palabras, creó las ricas y variadas lenguas de las diferentes civilizaciones dela Tierra Media. Para «El Hobbit: Un viaje inesperado», el experto lingüista David Salo desarrolló y amplió las diferentes lenguas que se intercalan en el texto, tal y como hizo para las películas de «El Señor de los Anillos».
Una de las lenguas más desarrolladas era la de los elfos. «Aunque Tolkien ya esbozó la estructura de esta lengua con bastante detalle, no escribió mucho en élfico», apunta Salo. «No obstante, trabajar con diálogo en élfico fue una tarea de traducción bastante sencilla, en la que solo había que rellenar algunos huecos.»
Los cineastas pronto decidieron que los enanos hablarían inglés en la conversación, pero utilizarían diferentes acentos del Reino Unido, entre ellos dialectos como el de las Midlands, el del norte, el escocés, el irlandés del norte y el de Londres, para diferenciar a unas familias de otras. Sin embargo, el inglés no es el idioma que hablan los enanos en realidad.
Salo desarrolló la lengua de los enanos utilizando toda la información que pudo encontrar al respecto. «Hay suficientes palabras registradas de la lengua de los enanos como para que conozcamos la mayoría de los sonidos, y Tolkien describe la conexión entre la escritura y la pronunciación en los apéndices de El Señor de los Anillos«¸ nos cuenta. «Seguí cuidadosamente su precedente, pero, aún así, tuve que crear muchas estructuras nuevas.»
Crear una versión hablada de la oscura y secreta lengua de los enanos, el Khuzdul, fue uno de los mayores retos a los que tuvo que enfrentarse Salo. «Todo lo que Tolkien escribió sobre el Khuzdul podría ponerse en una sola página», nos explica. «Sin embargo, sí dejó claro el tipo de lengua del que se trataba y como debería sonar. El Khuzdul se inspira en las lenguas semíticas, así que recurrí a mi conocimiento de ellas para inspirarme. No hay ni una sola frase completa en esta lengua, así que traducir el diálogo a Khuzdul requería muchísima innovación y crear un amplio vocabulario y una gramática desde cero.»
El vocabulario relacionado con los orcos es prácticamente inexistente. Salo vio que, de nuevo, tenía que confiar en un proceso de invención y descubrimiento, manteniendo a la vez la coherencia con lo que estableció Tolkien, especialmente en lo que respecta al efecto estético de sus sonidos. «No hace falta conocer cada detalle de la lengua, pero sí hay que saber qué sensación provoca, tanto en la mente como en la lengua, y hacer lo que se te ocurra y que concuerde con esa sensación.»
EL SON DE LA TIERRA MEDIA: MÚSICA Y CANCIONES
La música compuesta por Howard Shore para la trilogía de El Señor de los Anillos obtuvo numerosos galardones, entre ellos tres premios de la Academia. Impregnada de los memorables rasgos de ese opus musical, la evocadora banda sonora de El Hobbit: Un viaje inesperado se expande en la expresión musical de una gran aventura que se desarrolla en una época más inocente pero también más peligrosa. «Llevaba bastante tiempo deseando volver al imaginativo mundo de la Tierra Media», comenta Shore. «Leí todos los libros de Tolkien, incluido El Hobbit, cuando tenía unos veinte años y llevo muy dentro su profundo amor por la naturaleza y todo lo relacionado con ella.»
Shore y Peter Jackson hablaron largo y tendido sobre ponerle música a todas las escenas y de lo que esperaban obtener. La música nunca es tan lírica como lo es en la querida Comarcade Bilbo Bolsón, para la que el compositor utilizó instrumentos folclóricos, como la flauta irlandesa y el dulcémele. El tema de su hogar acompaña a Bilbo durante la aventura, pero evoluciona con el personaje a medida que la experiencia lo cambia a él también.
Con Gandalf, la música evoca la llamada a la aventura y los cambios que se producirán en la vida de Bilbo. Shore también creó un tema principal para los enanos, una melodía feroz y melancólica a la vez, con un corno francés como marca musical de Thorin que recuerda a Erebor, su patria perdida.
Al volver a Rivendell y a los elfos, vuelve el tema de Galadriel, iluminado con un coro femenino y una armonía de cuerda.
La película también da vida a algunas de las canciones de la novela. Taly como ya sabrán los lectores de El Hobbit, los enanos cantan para expresar su humor y contar su historia. «Hay muchas canciones en el libro», comenta Fran Walsh. «Nos cuentan mucho sobre la identidad de estos personajes, por eso queríamos incluir algunas, para añadir ese toque de cultura de los enanos.»
La pista musical de los créditos finales, «Canción dela Montaña Solitaria»,la interpreta Neil Finn, el artista musical neocelandés que está detrás de influyentes bandas como los Crowded House y los Split Enz. También coescribió, junto con Donaldson, Roche, Roddick y Long, la canción «Montañas nubladas», creada a partir del tema principal de los enanos.
Finalmente, la banda sonora se grabó en los estudios Abbey Road conla Orquesta Filarmónicade Londres, que, según comenta Shore, «tiene un sonido único y hermoso que es muy apropiado para darle vida al mundo dela Tierra Media».
Los temas de la película siguen a los personajes en una aventura que continuará en las siguientes partes de la trilogía: «El Hobbit: La desolación de Smaug» y «El Hobbit: Partida y regreso».
Jackson ve un paralelismo en la creación de estas películas. «El Hobbit es la historia de un viaje, una búsqueda en la que los protagonistas tardarán más de un año en ‘partir y regresar’, y, en cierto modo, hacer estas películas ha sido prácticamente andar paso a paso, zancada a zancada con la compañía en su propia búsqueda», reflexiona. «Como cineasta, me siento muy afortunado de haber podido utilizar tanto técnicas de rodaje tradicionales como nuevas tecnologías que se desarrollan cada día más y más. Siempre quiero que el público se sumerja en las películas que hago. No quiero que la gente simplemente vea la película en la pantalla, quiero que se sientan como si realmente fueran a mi lado en esta aventura porla Tierra Media.»
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