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La señora Miniver

La historia empieza con una elegante y apasionada música que nos prepara para entrar de lleno en este melodrama de William Wyler

La señora Miniver

La señora Miniver: Gran melodrama de Wyler

Como pedía Wyler, los actores responden con una naturalidad a situaciones tan cotidianas de la vida real, que facilita nuestra empatía con ellos.

La señora Miniver (1942) empieza con una elegante y apasionada música que nos prepara para entrar de lleno en este melodrama de William Wyler. La historia empieza en Inglaterra en 1939, poco antes de que estalle la Segunda Guerra Mundial. La protagonista de la película, aunque haya momentos en los que no tenga una importancia directa, es la señora Miniver (Greer Garson), una mujer de clase media-alta casada con Clem (Walter Pidgeon). Son padres de tres hijos: Vin, que está estudiando en Oxford; Judy, de unos nueve años; y Tobey, de unos seis. Es una familia feliz que vive en una casa grande llevando una vida cómoda, y los padres no pierden la cabeza si derrochan dinero comprándose cosas que no necesitan, como el sombrero de ella, o el coche de él. Cuando Vin vuelve de Oxford, confiesa que ha aprendido algo muy valioso: que no sabe nada y que quiere dedicar su vida al conocimiento, a saber más sobre aquellos temas que le llaman la atención. También se trae de la universidad la conciencia social que sus padres no le transmitieron nunca: se ha sensibilizado por la desigualdad económica y por las clases trabajadoras. Cuando les explica esto a sus padres, le escuchan como si estuviese hablando en chino, como si fuese la primera vez que oyen algo semejante.

Poco después, Carol (Theresa Wright) aparecerá para decirle a la señora Miniver que no se presente a un concurso de flores, pues a su abuela millonaria le hace mucha ilusión seguir ganando año tras año este concurso que ella misma organiza. En ese instante, Vin se enfada y le contesta que ya basta de que su abuela abuse de su poder hasta en un concurso de flores, y que es el señor Ballard (Henry Travers), que trabaja en la estación de ferrocarril, quien se presenta al concurso de rosas con una flor bautizada como «Sra. Miniver», por lo bien que es tratado por ella. En la discusión, Carol se defiende diciendo que ella ha estado unos días en los barrios pobres de Londres, ayudando a niños, dejando en evidencia al escandalizado Vin, que prefiere hablar antes que actuar.


Pese a esta secuencia en la que parece que la película se apoyará para criticar la desigualdad de la sociedad británica, la Segunda Guerra Mundial no tarda en estallar y Vin y su padre se alistan en el ejército. Ahora veremos como sufrirá esta familia.

Aunque esta película tenga una clara función propagandística, Wyler no presenta a esta familia británica como si fuese perfecta, sino que nos muestra comportamientos reprochables (gastar dinero en cosas que no necesitan; no reaccionar a cómo le ha afectado salir de casa a su hijo, que vuelve haciéndose preguntas que ellos no se hacen, etc.) huyendo de la cursilería y haciendo, al mismo tiempo, una película más honesta que desarrolla una historia interesante con personajes que tienen virtudes y defectos.

Wyler fue un director que hacía repetir muchas veces las tomas a sus actores. Es famosa la anécdota de Fredric March en el rodaje de The Best Years of Our Lives (1946) cuando, harto de repetir la escena de su llegada a casa después de la guerra, le dijo al director que ya no sabía qué más hacer. Éste le contestó que lo que tenía que conseguir era no actuar, es decir, ser natural, imitar el comportamiento de un veterano de guerra que se presenta en su casa después de meses de servicio. En esto La señora Miniver no es distinta, no solo porque tenga que ver con la guerra, como otras películas de este director, sino porque en ella los actores responden con una naturalidad a situaciones tan cotidianas de la vida real, que facilita nuestra empatía con ellos, sobre todo con Garson y Pidgeon.

Por ejemplo, cuando Garson cena con los niños, las escenas en la habitación de los padres antes de dormirse, o cómo insiste Toby en saber si de verdad su hermano Vin se va a casar con Carol; estos momentos muestran muy bien el ambiente familiar que se respira entre estos personajes que parecen tan poco preocupados por temas importantes hasta que la guerra se cruza en su camino. Sobre la puesta en escena, Wyler narra muchísimo con planos medios y planos americanos con los que nos presenta esta historia respetando muchísimo cuándo utilizar los primeros planos, que solo usa para mostrar lo verdaderamente importante. Cabe apuntar que Wyler fue un precursor en el uso de los planos secuencia y de la profundidad de campo, y se puede disfrutar mucho con su uso en La señora Miniver, una película que muestra cómo una familia acomodada y sin grandes problemas se tiene que enfrentar a la guerra y a la pérdida de seres queridos y, nosotros, pese a no compartir algunas de sus actitudes superficiales, les queremos y comprendemos igualmente.

Andreu Arribas

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (Mrs. Miniver), 1942
  • Fotografía: Joseph Ruttenberg
  • Montaje: Harold F. Kress
  • Música: Herbert Stothart
  • Distribuidora DVD: Warner
  • Duración: 134 min.
  • Público adecuado: +12 años
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