Los Goonies

Los Goonies: Ochentazo puro

¿Qué tienen en común Los Goonies, Super 8 y Stranger Things? Respuesta(s): todo, o casi todo; grupo de chavales que viven en muy poco tiempo mil aventuras, años ochenta, estilo Steven Spielberg… ahora bien, la madre de todos ellos son Los Goonies que, no casualmente, fue la primera y fue rodada en los ochenta.

Se trata de la época dorada del cine de aventuras, nueva ola que dirigían con entusiasmo Lucas y Spielberg. Los Goonies era una idea del propio Spielberg, «guionizada» por el casi desconocido Chris Colombus -casi, pero ya había dado el guión de los Gremlings-. Realizado como un cruce entre Las aventuras de Los Cinco, de Enid Blyton, y las de Indiana Jones: a la carrera, robos, secuestros, monstruos, tesoro de piratas y, por otro lado, la amistad de unos chicos y los problemas económicos que amenazan a la familia.

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La película comienza con una persecución, la policía sigue los pasos de los Fratelli, peligrosos criminales; su camino se cruzará con el de los Goonies, en busca de las joyas que -según la leyenda- el pirata Willy el Tuerto habría escondido por allí, leyenda que alimentó hacía poco un buscador de tesoros. Para los Goonies esas joyas servirían para… salvar su casa, salvar a su padre de la ruina, poder ir a la Universidad… Comienza una serie de trepidantes aventuras que hacen la delicia de cualquier joven: cuevas y trampas, claves secretas…

Efectos especiales de última generación, ritmo trepidante, peligros (teóricamente) mortales y mucho humor, y unos críos geniales dando el do de pecho, actuando como si fueran algo mayores de lo que en realidad son, consiguen un cocktail casi perfecto (hay un par de toques soeces y taqueros que pueden desagradar). Dirige Richard Donner, uno de los directores de mayor éxito comerciales que ha habido, autor de La profecía, Superman, Lady Halcón y un buen puñado de supertaquillazos más.

Con sus treinta y cinco años, Los Goonies apenas ha envejecido, y sigue siendo una deliciosa película de aventuras, familiar, con un par de reparos a discreción de los padres.