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La luna en directo

La frescura que exhala esta película merece ser analizada, porque supone un modo muy inteligente de hacer cine, de hacer comedia, de hacer historia

La luna en directo

La luna en directo: Houston, aquí Australia. Habemus comoediam

La luna en directo. «Este es un pequeño paso para un hombre pero un gran salto para la humanidad.» Algo así dijo Neil Amstrong, el humano que se dio el primer paseíllo por la luna, en julio de 1969. Y something like this supone esta película australiana, en relación con la comedia como género cinematográfico. El equipo australiano (Working dog es su nombre de guerra) que comanda Rob Sitch nos ofrece un delicioso, divertido, y entrañable relato sobre las peripecias vividas en Parkes (Australia) con motivo del viaje del Apolo XI. Esta pequeña población rural cuenta con una estación de control espacial, que fue la encargada de transmitir la señal para la retransmisión del programa más visto de la historia de la caja tonta.

La frescura que exhala esta película merece ser analizada, porque supone un modo muy inteligente de hacer cine, de hacer comedia, de hacer historia. En películas como ésta, todos sabemos como termina la cosa, y eso es un reto. Donde otros mueven al solemne bostezo o al chiste fácil, The Dish (El Plato, en el divertido título original) no cesa de sorprendernos. Quizás por la sencillez de un guión y una realización plagados de lecciones bien aprendidas en el mejor slaptick y los hitos del cine cómico. O tal vez por el talento de cuatro escritores cinematográficos que demuestran saber un rato de cómo contar una historia sin necesidad de montar un ridículo parque de atracciones, sin el manído recurso al ritmo enloquecido de gags sin cuento al grito de todo vale con tal de que la peña se d… ría. Pero puestos a hilar fino, la madre de este sabroso cordero fílmico, bajo mi punto ve vista, no es otra que el lúcido desarrollo de las tramas que integran una historia deliciosa, que encuentra en la familia del alcalde y en el grupo de científicos, los dos polos que te imantan a la pantalla.

Sam Neill and company, perfectamente dirigidos, componen unos personajes -hacía tiempo que no veía nada semejante- mimados, uno por uno, todos, para enganchar y encontrar un hueco y una sonrisa en tu mirada cansada de espectador. La comedia vive, saltarina y llena de vitalidad, por los campos ovejeros australianos.

Ficha Técnica

  • Estreno en España: 15 junio 2001

Australia, 2000.

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