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Star Wars: El ascenso de Skywalker

Gran película de acción, e igualmente gran espejismo, lo mejor que ha podido conseguir la empresa para cerrar la trilogía después del bloqueo de Los últimos Jedi

Star Wars: El ascenso de Skywalker

Star Wars: El ascenso de Skywalker | Mucha acción y poca alma

· Star Wars: El ascenso de Skywalker | Estreno 19 de diciembre de 2019.
· Demasiados cocineros estropean el guiso, dice un viejo y sabio refrán, más le habría valido a Disney dejar a Abrams solo, o con Kasdan, como en la primera parte, para terminar la faena.

La guerra continúa, el emperador Palpatine, muerto a manos de Darth Vader al final de la trilogía original, está vivo -o casi- y va a restaurar el imperio con una flota fenomenal que llama la Primera Orden. Rey acude a ayudar a sus amigos a la vez que es perseguida por Kylo Ren (Ben), empeñado en llevarla al lado oscuro de la Fuerza.

El capítulo nueve de La Guerra de las Galaxias ha debido provocar más de una noche de pesadillas en mi muy apreciado J.J. Abrams, encargado de poner término a la saga -al menos a la tercera trilogía-, después del desgraciado giro que le dio Rian Johnson con Los últimos Jedi. El ascenso de Skywalker tiene ese carácter y ese lastre, concluir de la mejor manera posible sin renegar de lo anterior, que está ahí por más que a uno le pese. Así pues Rey tiene que seguir lidiando con Ben, y la saga tiene que repetir el ciclo al modo de El retorno del Jedi, lo que provoca guiños simpáticos destinados a los expertos y/o nostálgicos de la saga, y otros que no los son tanto. El ascenso de Skywalker despierta muchas expectaciones que pueden fácilmente verse defraudadas.

Hay que decir que es una gran película de acción, que no deja un minuto de respiro: carreras, peleas, persecuciones, explosiones… y que en general consigue cerrar casi todos los círculos que Johnson había dejado abiertos. Pero, se nota el artificio: hay una diferencia entre continuar una saga, añadir algún detalle dentro de un universo que funciona, y hacer una fotografía de un edificio y pretender que se trata del original; se lo reconoce, pero le falta vida y relieve. Esto le pasa a este broche final, están todos los elementos de las anteriores, bien realizados y muy entretenidos, pero le falta alma, un alma que se encuentra en ocasiones, en elementos sueltos, en ideas bien aprovechadas; pero en general nos ofrecen un espejismo, lo mejor que ha podido conseguir la empresa para cerrar la trilogía después del bloqueo de Los últimos Jedi. Por lo demás, hay cuatro guionistas que no dejan de aportar ideas que acaban colándose y dejan al espectador desconcertado: ¿por qué es tan importante saber quién es Rey?, ¿por qué el público no se asombra al descubrirlo?; ¿por qué casi todos los pilotos rebeldes son «pilotas», y por qué se tienen que besar esas dos de esa manera?…

Demasiados cocineros estropean el guiso, dice un viejo y sabio refrán, más le habría valido a Disney dejar a Abrams solo, o con Kasdan, como en la primera parte, para terminar la faena. Sabiendo lo que había, ha conseguido culminar dignamente la faena. Pero que conste que los fans de esta saga lo van a poner a caldo, y tienen argumentos para ello, y además tienen razón, porque La Guerra de las Galaxias no es exclusiva de Disney ni de Lucas, sino que también pertenece a sus fieles.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Daniel Mindel
  • Montaje: Maryann Brandon
  • Música: John Williams
  • Duración: 155 min.
  • Público adecuado: +12 años
  • Distribuidora: Disney
  • EE.UU. (Star Wars: The Rise of Skywalker), 2019
  • Estreno: 19.12.2019
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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