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Laura Montero, autora de El mundo invisible de Hayao Miyazaki

"Quería investigar el universo de Miyazaki, ver cómo funciona por dentro, por qué consigue atrapar al es­pectador de esa forma"

Laura Montero, autora de El mundo invisible de Hayao Miyazaki

Entrevista

Laura Montero, autora de El mundo invisible de Hayao Miyazaki

Laura Montero, autora de El mundo invisible de Hayao Miyazaki: «Quería investigar el universo de Miyazaki, ver cómo funciona por dentro, por qué consigue atrapar al es­pectador de esa forma»

Encontrar monografías sobre animación japone­sa es algo poco común en el mercado editorial español, ¿qué te motivó para escribir este libro?

Laura Montero/ Pues en parte justamente eso. El li­bro es el resultado de mi tesis doctoral. Cuando estu­dia­ba Comunicación Audiovisual descubrí que me apasionaba la investigación y decidí hacer un doctorado. Sa­bía que quería que estuviera relacionado con el cine, pe­ro no tenía en mente ningún tema en concreto. Un día, mientras pasaba por delante de los cines Cartago (Cines Verdi), vi un cartel que me llamó la atención. No tenía ni idea de qué iba la película, pero compré la en­trada. Resultó ser La princesa Mononoke.


La película me impactó muchísimo, no sólo visualmente sino porque varios padres llevaron a sus hijos a verla y tuvieron que sacarlos cuando se pusieron a llorar (risas). En ese momento me di cuenta de que la ani­mación era también para adultos y decidí que me ape­tecía profundizar en la obra de un director que era ca­paz de hacer una película tan impactante. Cuando em­pecé la investigación me pareció muy estimulante, pe­ro también durísima porque había poquísima bibliografía en español y porque el estudio sobre cines populares para “niños” no estaba bien visto en de­terminados sectores.

En la introducción del libro dices que tu estudio se enmarca en el debate internacional, ¿por qué no optaste por hacer un libro para introducir la figura de Miyazaki al público español?

L. M./ Fueron varios motivos. En primer lugar porque quería hacer algo estimulante. Ya existen libros muy buenos que hablan de la filmografía de Miyazaki por películas como los de Helen McCarthy o Dani Cavallaro. Yo quería investigar el universo de Miyazaki en su amplitud, ver cómo funciona por dentro, qué le ca­racteriza como autor, por qué consigue atrapar al es­pectador de esa forma. Me planteé qué me hubiera gus­tado leer si fuera lectora y quisiera comprar un li­bro sobre Miyazaki, y ése es el libro que he intentado hacer. Espero haberlo conseguido… (risas).

Dado que, como has dicho, partes de los estudios pre­vios y haces una lectura transversal de su filmografía, ¿cuál ha sido el mayor desafío que te has en­contrado?

L. M./ Sin duda, aprender japonés. Dos personas ya me habían animado a que lo estudiara, pero fue cuan­do estuve en una estancia en París cuando me di cuen­ta de lo importante que era. Como aquí no estaba todo edi­tado me vi las películas en francés y descubrí que la traducción era mucho mejor. Me acuerdo que cuando vi El viaje de Chihiro en la edición francesa traducían el significado de los ideogramas (kanjis) que Yubaba le roba de su nombre a Chihiro. Ahí fue cuando me decidí. De hecho en el capítulo que le dedico al estudio del folclore japonés en el cine de Miyazaki hablo del cu­rioso juego que hace con el significado de los nombres de los personajes de esa película.

¿Qué ha sido lo más curioso que has encontrado?

L. M./ Pues, por un lado, ha sido muy divertido recopilar entrevistas de diferentes personalidades del ani­me. Las declaraciones de Mamoru Oshii (el director de Ghost in the shell) o del hijo de Miyazaki son im­pagables. Por otro lado, también me apetecía hablar de TODA la obra de Miyazaki: manga, libros de ilustra­cio­nes, colaboraciones, cortometrajes para el Museo Ghibli. Después del arduo proceso de hacerme con casi to­dos los materiales, me di cuenta de que Miyazaki tie­ne muchísimas autorreferencias en su obra y me ani­mé a hacer un capítulo en el que las rastreo y pon­go en imágenes cómo muchas ideas pasan de una película a otra. Por ejemplo, descubrí que la primera versión de La princesa Mononoke estaba protagonizada por un per­sonaje que es un calco de Totoro.

En el libro también haces una radiografía de la his­toria reciente del anime en Japón, ¿por qué no te has animado a comentar su recepción en España?

L. M./ Mi interés fundamental con ese capítulo era ras­trear la trayectoria de Miyazaki, por qué sus diseños son así, cuáles son los motivos por los que se decanta por una narrativa concreta… Por otro lado, quería ver cuál había sido su papel en la configuración del anime contemporáneo, siempre pensando que directores como Katsuhiro Otomo, Oshii u otros más jó­venes como Satoshi Kon estaban a un mismo nivel de consumo entre el público; un poco como pasa aquí en los festivales o entre los consumidores de cine de ani­mación japonés. Me sorprendió descubrir que nadie es capaz de conseguir las cifras de recaudación que con­sigue Miyazaki. Por eso me centré en Japón. También dejé de lado el mercado español porque le queda mu­cho camino por recorrer.

Solo se estrenan las obras de Miyazaki con alguna otra excepción, casi siempre de Ghibli. El resto directa­men­te se edita en DVD. Si nos comparamos con Francia, Italia o Reino Unido, nuestra distribución es mí­nima. Me sorprenden casos concretos como el de Summer wars, de Mamoru Hosada, una película magnífica que ni siquiera se ha sacado en DVD en España. Quie­ro pensar que es un problema de derechos porque si no me parece de una miopía impresionante.

¿Por qué crees que la distribución en España es así?

L. M./ Creo que es un problema de mentalidad. Aquí pen­samos que la animación es para niños o como mu­cho familiar. Es bastante difícil ir al cine y ver grupos de adultos sin niños. Afortunadamente en los últimos diez años empieza a haber más, pero nos falta mucho por hacer. Pixar en ese sentido ha conseguido un gran lo­gro, pero hay demasiados prejuicios con la animación japonesa, sobre todo por las series de televisión que se emitieron en los 80-90. Nada más hay que ver la propuesta que hizo la RAE sobre la palabra “manga”. Afor­tunadamente rectificaron tras la polémica que se ge­neró en las redes. Mientras eso no cambie y las distribuidoras no hagan campañas más proactivas, el panorama seguirá siendo parecido.

¿Tienes algún proyecto nuevo sobre anime?

L. M./ Muchísimos. Es un campo que me apasiona por lo que estoy preparando varias cosas, aunque ninguna se ha concretado todavía. De todos modos, también me apetece embarcarme en otros proyectos; el ci­ne japonés me interesa en su totalidad y en 2013 ha­remos la cuarta Semana de Cine Japonés Actual en la Escuela de Idiomas de Madrid. También me atrae bas­tante el cine de Bollywood y el de Corea, donde se es­tán haciendo cosas muy interesantes.

Laura Montero, autora de El mundo invisible de Hayao Miyazaki

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