La sociedad de la nieve

La sociedad de la nieve: Con mucho respeto

· Crítica de La sociedad de la nieve | Estreno en Netflix 4 de enero de 2024.
· La película tiene un ritmo frenético, no dejan de ocurrir cosas, grandes y pequeñas.

Recuerdo que la noticia del rescate de los jóvenes accidentados en los Andes, dada en el telediario del mediodía, nos dejó sin comer a varios millones de personas. Y que compramos el libro ¡Viven! el mismo día que salió a la calle. Veinte años después se estrenó la película homónima de Frank Marshall, con Ethan Hawke y John Malkovich. Ha habido muchos más libros y documentales sobre aquella tragedia. La película de Bayona es la última, basada en el último libro.

Los hechos son conocidos: el 13 de octubre de 1972 se estrelló en los Andes el vuelo 571 de la fuerza aérea uruguaya, vuelo que llevaba a Chile a un equipo de rugby, acompañado de familiares y amigos. De los 45 pasajeros, 29 sobrevivieron al impacto. Las operaciones de rescate se abandonaron a los pocos días. A 6.000 metros de altura, en invierno, sin más recurso que su entusiasmo, juventud y energía, los jóvenes atletas consiguieron sobrevivir 72 días, hasta que se produjo el rescate. Para conservar la vida, a falta de otros recursos, tuvieron que recurrir al canibalismo.

Juan Antonio Bayona (El orfanato, Lo imposible, Un monstruo viene a verme, Jurassic World: El reino caído) es un director español afincado en Hollywood, su trayectoria es una línea ascendente, La sociedad de la nieve es su mejor película, hasta el momento. Es significativo que no se note que su metraje se acerca a las tres horas de duración. La película, técnicamente, es impresionante: la producción, la fotografía, el ritmo y la tensión. Por encima de todo es un drama humano, algo entrañable y duro. Marshall había trabajado con actores conocidos, algunos con categoría de estrella, Bayona prefiere utilizar a jóvenes desconocidos, a los que no se puede relacionar con ninguna película o personaje, el espectador está obligado a empatizar con un hombre concreto. El texto de base reconstruye, con detalle, la ventura de cada uno. Bayona consigue que resulte fácil reconocerlos y recordar sus circunstancias. Es fácil ver la profunda evolución que ha experimentado desde Lo imposible, muy bien rodada, pero convencional, hasta aquí.

En 1993 Roger Ebert, crítico norteamericano, escribió a propósito de ¡Viven! que algunas cosas es mejor no contarlas. La tremenda tragedia y las decisiones que tuvieron que tomar aquellas personas son materia reservada. El público debe guardar un respetuoso silencio. Bayona y su equipo han conseguido acercarse con respeto a ese grupo para hacer participar al espectador de aquella vivencia destacando: la amistad que les unió, la entrega a los demás, el espíritu colectivo; la fe, religiosa y humana; la búsqueda de sentido, el amor a la vida. Bayona, trabajando con sus actores de uno en uno, sin hacer una obra «coral», transmite lo que nos dice el título de la película y del libro: es un grupo sólido, unido. Y cada uno de ellos importa. Se citan y vemos a cada uno de ellos, supervivientes o no.

La sociedad de la nieve tiene un ritmo frenético, no dejan de ocurrir cosas, grandes y pequeñas: el accidente está rodado de forma magistral, no menos que el gesto de retirar la medalla a un cadáver, con intención de hacerla llegar a la familia. Las conversaciones tampoco tienen desperdicio y la banda sonora de Michael Giacchino remata la faena de forma admirable.