La nana

La nana: Toda una vida

La nana | Raquel, 40 y tantos, está empleada desde ha­ce 23 en la casa de una familia chilena de cla­­se media alta, cuyos hijos ha criado uno a uno. Cuando la dueña se empe­ña en contra­­tar a una chica que le ayude, Ra­quel se re­­siste con todas sus fuerzas, con ra­bia.

El chileno Silva logró el Gran Premio del Ju­­rado en Sundance y aspiró al Globo de Oro con esta película hábil y muy bien interpre­ta­­da, que se acerca -con menos estereotipos y planteamientos demagógicos de los pre­visi­­bles- a un asunto lleno de interés, con cala­­do y capacidad de representar eficaz­mente lo que supone la confianza y el arrai­go en un hogar en la vida de las perso­nas.

Con sus defectos (una fotografía muy justa -de planificación y de luz-, esos tontos des­­nudos de las empleadas en la ducha, la sen­­sación ya vivida en la reciente Gi­gante de que la cinta está hecha por tres ami­gos de los cuales uno no estaba todo el tiem­po), la película tiene una historia muy bien ur­di­da que progresa con mucha soltura, cui­dan­do a los personajes de forma que to­dos in­teresan y resultan cercanos. Ganó los pre­mios a Película, Director y Ac­triz en Huel­va.