El alquimista impaciente: Universo de intrigas

El alquimista impaciente | La directora Patricia Ferreira empezó en el mundo del documental, y algo de ello se ha traído a su hasta ahora interesante carrera cinematográfica. Ya con su anterior cinta, Sé quien eres, escarbaba en la trastienda de los acontecimientos históricos en una película sobre la memoria perdida. Está claro que Ferreira gusta de los temas políticos y de aproximarse con leves apuntes sociales a la realidad actual española. Pero mientras otros los desarrollan en forma de cine social, ella los escenifica en thriller (o policíacos, como se ha dicho de toda la vida). Parece sentirse cómoda en ese universo de intrigas donde se mueven películas del tipo Algunos hombres buenos. Y en esta ocasión saca su radiografía nacional apoyándose en la investigación del turbio asesinato de un ingeniero de una planta nuclear.

La mejor arma de Patricia Ferreira es el tratamiento de los personajes. Sabe darles el punto de cocción para humanizar a sus héroes y heroínas sin que se les vea las costuras. Consigue que sus personajes sean fuertes y débiles a la vez, es decir, personas de carne y hueso. Ya lo hizo con la psiquiatra que interpretaba Ana Fernández en Sé quien eres, y aquí lo repite con un duro-frágil Roberto Enríquez y una frágil-dura Ingrid Rubio. Y se da campo y tiempo para tratar con cierto mimo una particular historia de amor: la casi paternalista relación entre el sargento de la Guardia Civil Bevilacqua y la agente Chamorro.

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La historia de El alquimista impaciente es compleja, pero la complejidad ya nace de la misma novela de Lorenzo Silva. Resulta ardua seguirla en algunos momentos. En cierto sentido recuerda a esas películas del cine negro clásico donde no te enterabas de quién había matado a quién; y donde uno no podía sino dejar su sombrero y su olfato de sabueso investigador entre los vericuetos oscuros de la trama. Y hay un momento en El alquimista impaciente, en algún lugar del segundo acto, en el que el espectador puede llegar a perderse en el centro mismo de esta madeja.

Ferreira tiene un gran dominio de la técnica cinematográfica. Y eso lo muestra no con la exageración, sino con la sencillez. Trata de pasar desapercibida como directora. Mueve la cámara lo justo, tan sólo lo que le exige la historia. Va al grano. No hace malabarismos visuales, ni se recrea para dar carnaza a los adoradores de lo superfluo (hay dos excepciones: las repulsivas secuencias del hallazgo del cadáver y de la autopsia, a todas luces innecesarias). Donde sí falla Ferreira es en su labor como guionista. Los diálogos en ocasiones no resultan naturales, como si no hubieran conseguido soltarse del todo del lastre literario. En algunas escenas parece que los actores hicieran verdaderos esfuerzos para encorsetar diálogos, intentando levantar frases que pueden quedar bien en el libro, pero que en boca de los personajes suenan increíbles.

Ficha Técnica

  • Argumento: Novela homónima de Lorenzo Silva
  • Música: Pepe Nieto
  • Fotografía: Marcelo Camorino
  • País: España
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Reseña
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Escritor de relatos de terror y misterio, y guionista de cine y televisión. Admirador de Ford, Kurosawa, Spielberg y Hitchcock, no necesariamente en este orden