Sonrisas y lágrimas (1965), de Robert Wise (parte 1): Todo empezó por un libro…
· La verdadera María Kutschera -encarnada en la pantalla por Julie Andrews- nació en un tren expreso que realizaba el trayecto Innsbruck-Viena, hacia la medianoche del 26 de enero de 1905.
María von Trapp no quiso nunca escribir la historia de su familia y de su huida de los nazis a través de los Dolomitas. A pesar de la obstinación de sus amigos, que la animaban a que pusiera sus memorias por escrito, la madre de aquel famoso clan de cantores se resistía una y otra vez: lo suyo era cantar y cuidar a sus hijos, no escribir.
Un día, cansada de tanta insistencia, se encerró en su habitación y escribió durante varias horas unas cuantas páginas para contentar a esos amigos y demostrarles que ella nunca sería una buena escritora. Aquello fue su perdición: sus páginas revelaron un sorprendente talento natural para la escritura, y María no tuvo más opción que terminar de redactar aquellas memorias iniciales.
En la primavera de 1949, la editorial Lippincott de Filadelfia publicó The Story of the Trapp Family Singers. Y fue un éxito inesperado. Se encaramó a la lista de los libros más vendidos, y en pocos meses se convirtió en una historia enormemente popular, conocida por todos los americanos, y recomendada en todas las escuelas por su carácter decididamente ejemplar: todo un referente de lo que debía ser una familia americana de la época. En 1950, el libro ganó el “St. Francisco de Sales Golden Book Award”, que anualmente concede el Catholic Writers Guild, y casi inmediatamente acaparó también la atención de Hollywood. A los pocos meses de la publicación, recibió la primera oferta de compra de los derechos de autor, pero la autora se negó pensando que ya solo faltaba eso: que hicieran de su vida una película.
Mientras tanto, María siguió dándole vueltas a sus recuerdos. En poco tiempo publicó tres libros: Around the Year with the Trapp Family (1952), Yesterday, Today and Forever: The Religious Life of a Remarkable Family (1952) y A Family on Wheels: Further Adventures of the Trapp Family Singers (1959). Pero ninguno de estos alcanzó la fama del primero, que relataba con humor y lirismo la historia de una familia encantadora y de una mujer verdaderamente excepcional.
La historia de María von Trapp
La verdadera María Kutschera -encarnada en la pantalla por Julie Andrews– nació en un tren expreso que realizaba el trayecto Innsbruck-Viena, hacia la medianoche del 26 de enero de 1905. Su madre murió cuando la niña apenas contaba dos años, lo que obligó a su padre, un eterno viajero, a mandar a la pequeña a casa de un tío suyo.
María se crió sin otros hermanos con los que poder hablar, y sin apenas contacto con otros niños de su barrio. Ese recuerdo de su temprana soledad será luego acicate en su juventud para hacer realidad su deseo de formar una familia numerosa. El ambiente ideológico de sus tíos era fuertemente socialista, lo que motivó en la muchacha un deslizamiento hacia el ateísmo. La religión suscitó mucho cinismo en la adolescente.
Pero María Kutschera cambiaría muy pronto su rechazo al cristianismo por una profunda fe católica gracias, según relata en su libro, a una charla que dio un jesuita en su colegio. Cuando estaba madurando su conversión, recibió un último impulso al acudir un día a una iglesia para escuchar una misa cantada de Johann Sebastian Bach. Quedó impresionada por el encendido sermón del cura, y en pocos meses su vida dio un giro de 360 grados: se convierte, recibe los Sacramentos y decide hacerse monja.
En 1924, María ingresa en el convento benedictino de Nonnberg, en Salzburgo. Pero su precario estado de salud hace dudar a sus superioras de que pueda vivir en el claustro. Los médicos le aconsejan ambientes soleados y aire puro. Y así, cuando un oficial retirado de la Armada Imperial, el capitán de Marina Georg von Trapp, acude a la abadía buscando a una joven para que cuide de su hija, las superioras deciden aprovechar la ocasión y la envían a aquel lugar montañoso, más sano y en contacto con la naturaleza, para que se cure y reflexione sobre su vocación. Esto sucede en 1926.
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