El arte de Walt Disney (de Mickey Mouse a Toy Story)
Más que una biografía, este libro es una enciclopedia fundamental sobre la animación cinematográfica y digital. Generoso en ilustraciones, muchas de ellas inéditas, El arte de Walt Disney es un clásico enriquecido con varias actualizaciones. La última es de 2011, e incluye el gran negocio de la animación moderna: la venta de Pixar a Disney por 7.400 millones de dólares en 1995.
Es precisamente John Lasseter, fundador de Pixar, el que escribe el prólogo de este volumen. “Pocos libros han cambiado el curso de mi vida, y éste es uno de ellos. La obra de Chris fue uno de los primeros que elevó el trabajo de animación de Walt Disney a la categoría de arte que yo le otorgaba. Me reafirmó en la elección de mi profesión y en mi amor por todo lo que tuviese que ver con Disney, y me animó a seguir dibujando y soñando”. Estas palabras del director de Toy Story reflejan la importancia de este libro, el más completo sobre Walt Disney, uno de los grandes genios de la Historia del Cine.
Desgraciadamente, en los últimos años se han publicado demasiados reportajes sensacionalistas sobre la vida del imaginativo creador. Quizás por eso, esta nueva revisión de Christopher Finch sirva para reconocer a este pionero.
Desde que Walt Disney empezó a trabajar en 1919 en una empresa de anuncios rudimentarios de animación, el espíritu emprendedor del cineasta superó las enormes dificultades técnicas y económicas de los comienzos. Su primer gran logro, la creación de Mickey Mouse, llegó después de que un compañero se apropiase del precedente conejo Oswald. Ahí comenzó la superación de una carrera de obstáculos que tuvo el primer gran premio en la ceremonia de los Oscar de 1932. Disney ganaría sus dos primeros galardones (en total sumaría 22) por la creación del ratón Mickey y el cortometraje de animación Flores y árboles.
Pero aún quedaba la primera maratón. En los años 30, Disney comienza un viaje por Europa en el que toma fotografías de los grandes clásicos de la pintura y compra decenas de cuentos juveniles. Uno de ellos, Blancanieves, de los Hermanos Grimm, será el argumento de su primer largometraje en 1937.
Después vendrían, según el autor del libro, las dos grandes obras maestras de Disney: Pinocho (1940), basado en el cuento del italiano Carlo Collodi, y Fantasía (1942), un verdadero concierto que fundía música clásica y animación. Desde Eisenstein a Chaplin, pasando por el presidente de Estados Unidos, la admiración por los dibujos animados producidos por este fumador empedernido no hizo más que crecer con películas como Dumbo, Bambi, La Bella Durmiente, El libro de la selva, Alicia en el País de las Maravillas o 101 dálmatas.
Tras la muerte de Walt Disney en 1966, cuando apenas acababa de cumplir 65 años, la gran productora de dibujos animados tardó en reponerse de esta pérdida. Gracias a artistas como Ron Clementes, Rob Minkoff, Alan Menkeno o John Lasseter, los dibujos animados volvieron a brillar como en sus comienzos con grandes películas: La sirenita (1989), La Bella y la Bestia (1991), El Rey León (1994) o Toy Story (1995).
El arte de Walt Disney (De Mickey Mouse a Toy Story)
Christopher Finch
Lunwerg. Barcelona, 2011
504 páginas. 59,50 €