Las hermanas Bolena: Ambición al cubo

El director británico Justin Chadwick, realizador de formatos televisivos, debuta en el largometraje cinematográfico con Las hermanas Bolena, la adaptación de una novela histórica de Philippa Gregory, La otra Bolena. Se trata de una aproximación al trágico matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena desde la perspectiva de María, la ignorada hermana pequeña de la reina, que tuvo un hijo con el monarca antes de que se encaprichara de Ana. Para este proyecto se ha contado con un guionista británico experto en grandes personajes históricos, Peter Morgan, autor de guiones de cine como The Queen y El último rey de Escocia, o de libretos televisivos y teatrales como Enrique VIII, Nixon y The deal, de Stephen Frears, que le proporcionó el BAFTA de televisión al mejor guión original.

El film no es una película histórica al uso, en la que se nos describe el archiconocido episodio que supuso la salida de Inglaterra de la Iglesia católica. Por otra parte, la incontinencia sentimental del Rey ya ha sido afrontada en otros films (La vida privada de Enrique VIII -1933-, Las seis esposas de Enrique VIII -1971-, Enrique VIII y sus seis mujeres -1972-…).  Las hermanas Bolena tampoco analiza con rigor histórico los avatares de un personaje, como hizo la memorable Un hombre para la eternidad. Así pues, el filme de Chadwick, lejos de analizar los grandes asuntos de Estado, o de proponer un análisis histórico-político, es una película psicológica. Desarrolla los procesos psicológicos y afectivos que llevan a dos jóvenes doncellas a rivalizar por la alcoba de un poderoso rey. Dicho de otra forma, Las hermanas Bolena es un drama moral sobre la ambición humana. La historia de Inglaterra es en el filme un telón de fondo, como lo era para los dramas de Shakespeare.

Pero no se trata de un filme moralizante y mucho menos maniqueo: María Bolena traiciona a su esposo por complacer sexualmente al monarca, y a pesar de su error no se puede decir que no sea una mujer humilde y de buenos sentimientos, capaz de sacrificios, generosidad y perdón; Ana es maquiavélica, pero su perversión es fruto de que todos sus principios nobles fueron sistemáticamente machacados por su padre y su abyecto tío, y finalmente es una mujer arrepentida. El único personaje de una pieza, íntegro, sin tacha, es Catalina de Aragón, interpretada por Ana Torrent. También es honesta Isabel, la madre de las Bolena, pero se muestra incapaz de actuar al margen de las órdenes de su marido, un hombre mezquino y cobarde y cuya ambición le impide a ella hacer valer su sentido del bien y la justicia en una sociedad muy machista. El resultado son dos hijas lanzadas al circo de la debilidad humana, carne de cañón de un hombre que confunde la razón de Estado con sus propios caprichos personales.

Por otra parte, el tratamiento de la cuestión religiosa, aunque presentado de puntillas, no ofrece ninguna estridencia valorativa típica de las actuales películas históricas. Es más, el catolicismo de Catalina parece ser la única posición sólida en medio del vacío de creencias del resto de personajes.

La interpretación de las actrices es excelente, y logran con éxito la difícil conjugación de la mezquindad con retazos de humanidad. Scarlett Johansson y Natalie Portman comparten pantalla en un duelo intrageneracional que las dos saben llevar a buen puerto. Eric Bana, que es un gran actor, no deslumbra demasiado a causa de su personaje, construido muy lejos de la fisonomía real del monarca. El formato del film es convencional pero resultón, muy equilibrado entre su guión y puesta en escena, y la dirección artística deslumbrante. Las hermanas Bolena no da más de lo que promete. Dicho de otra forma: no decepciona.

Ficha Técnica

  • Reino Unido (The Other Boleyn Girl, 2008)
  • Kieran McGuigan
  • Paul Knight, Carol Littleton
  • Paul Cantelon
  • Universal
  • 115 minutos
  • Adultos
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