23 de mayo: Anónimo
· El realizador se detiene en los enseres personales de un personaje anónimo y solitario que, curiosamente, fija su existencia año tras año (un 23 de mayo) en una serie de fotografías/retratos.
En 23 de mayo (2016), David Martín de los Santos construye un relato a través de objetos y de recuerdos. De igual modo, dos mujeres, fuera de campo, narran la vida del antiguo dueño de una casa deshabitada que es mostrada por la cámara, dando testimonio del vacío y del estado de la vivienda.
Como ya hiciera Sergio Oksman en Una historia de los Modlins (2012), David se detiene en los enseres personales de un personaje anónimo y solitario que, curiosamente, fija su existencia año tras año en una serie de fotografías/retratos, como si pretendiese dejar memoria gráfica de la misma.
Martín de los Santos goza de una trayectoria ascendente en la que conviene destacar Llévame a otro sitio (2004), En el hoyo (2006) o el más reciente Mañana no es otro día (2015). En todos deja la mirada de un cineasta que cuida el fondo y la forma. En el que nos ocupa, modela una pieza con exquisitez, que crece a medida que avanza, logrando transmitir la historia de un desconocido de manera muy solvente: una aventura que es el resumen del viaje de un individuo misterioso hacia la nada.
23 de mayo recuerda además la etapa franquista, cuando escuchamos la voz en off de las mujeres: «se quedó estancado en ese período», deteniéndose en la imagen de crónicas periodísticas archivadas y también en las que hacen referencia al 23-F.
Las paredes de la vivienda -en proceso de transformación- ejercen de vigías de la realidad de un hombre sin vida social. Unos muros que han sido protagonistas de otras andanzas fílmicas recientes de nuestro cine en corto. Relatos sobre ciudadanos anónimos como Walls (2014), de Miguel López Beraza, Gure Hormek (2016), de Las chicas de Pasaik, o también The never ending Wall (2017), de Silvia Carpizo: historias de desvelamientos atrapadas en las paredes que salen a la luz a través del cine.
Martín de los Santos alinea una narración paralela que alterna la historia de un desconocido con la metamorfosis de una casa vacía, que sirve como metáfora de nuestra propia historia. De un pasado oscuro, sin nada, a otra etapa de renovación, transformadora. Es como una lámina donde observamos los fantasmas de un tiempo tenebroso que, finalmente, se torna resplandeciente. Estupendo documental que confirma la presencia de un cineasta con mucho talento.
Ficha Técnica
- Dirección: David Martín de los Santos,
- Guion: David Martín de los Santos,
- Fotografía: David Martín de los Santos
- Montaje: Marta Velasco
- Sonido: Pedro Barbadillo, Nacho Royo
- Duración: 16 min.
- Público adecuado: +18 años
- Productora: Lolita Films
- España, 2016