La sombra del pasado: Biografía de un pintor… y de un país
La sombra del pasado no es un biopic exacto del pintor alemán Gerhard Richter. Henckel cambia todos los nombres y algunos episodios, aunque básicamente casi todo lo que se cuenta es real, y eso es lo más escalofriante.
El cineasta alemán Florian Henckel von Donnersmarck escribe y dirige su tercer largometraje, una mirada a tres décadas de historia reciente de Alemania a través de la vida de Kurt Barnert (Tom Schilling), un niño con un don artístico convertido en joven pintor que tiene que encontrar su propia forma de expresión artística luchando con un drama de la infancia y un oscuro secreto del presente.
La película viene precedida por cierta polémica de la crítica, para quien la breve filmografía de Henckel, que tan gratamente sorprendió en 2006 con La vida de los otros, se desinfló como un soufflé con su incursión americana The Tourist y ha caído estrepitosamente en su última entrega, que consideran maniquea, inverosímil y simple.
Nada más lejos, a mi entender. La sombra del pasado es un examen de conciencia colectivo alemán y un valiente y conmovedor filme universal acerca del amor y la vida como superación del odio y la muerte, y del arte como búsqueda y expresión de la verdad: el hallazgo del punto de equilibrio entre lo que se quiere en la vida y la realidad, esa «tecla» que obsesiona a Marianne, la tía de Kurt, que dice a su sobrino: «Never look away», «nunca apartes la vista».
Posee un guion muy bien urdido de final ambiguo e impactante, espléndida fotografía (con escenas como el bombardeo sobre Dresde o la explanada de los autobuses, que se graban en la retina), música envolvente y emotiva, un complejo montaje y una innegable química entre la pareja Schilling (Suite francesa, Hijos del Tercer Reich) y Paula Beer (que ya nos fascinó en Frantz), con el contrapunto de Sebastian Koch (La vida de los otros, El puente de los espías, Homeland), que interpreta al monstruoso suegro de Kurt.
Pese a sus más de tres horas de duración, se me hizo corta cuando la vi en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde participaba en Sección Oficial, aunque no obtuvo ningún premio. Lamento, únicamente, ver a esta maravillosa actriz que es Paula Beer sometida a las exigencias del guion. La pretendida finalidad ética no justifica el abuso de la erótica, cuando cierto grado de elipsis estimula igualmente o más la imaginación mientras es respetuosa con las actrices.
Para comprender mejor este largometraje conviene conocer mínimamente la vida del pintor alemán Gerhard Richter, si no se corre el riesgo de pensar que el argumento es inverosímil. A veces la realidad supera la ficción. Richter nació en Dresde en 1932. Su padre, maestro, fue obligado a unirse al partido nazi y luego reclutado al frente oriental durante la II Guerra Mundial, donde fue prisionero. Su tía Marianne fue eliminada como parte del programa de eutanasia, cosa que le marcó profundamente tanto en su personalidad como en su obra. Se casó con Marianne «Ema» Eufinger en 1957, y años más tarde descubrió que su suegro, Heinrich Eufinger, había sido uno de los responsables del programa de esterilización y eutanasia que ocasionó la muerte de 250.000 personas durante el Tercer Reich, entre ellos su tía. Desarrolló su carrera artística entre la pintura figurativa, basada en la fotografía y la naturaleza; la constructivista y la abstracta.
Richter tiene actualmente 86 años y no está muy contento con el filme. Es arriesgado abordar una ficción basándose en personas vivas. La sombra del pasado, sin embargo, no es un biopic. Henckel cambia todos los nombres y algunos episodios, aunque básicamente casi todo lo que se cuenta es real, y eso es lo más escalofriante.
De fondo está el profundo conocimiento que Henckel tiene sobre Europa. Habla con fluidez cinco idiomas, estudió Literatura Rusa y posee un máster por sus estudios en filosofía, política y economía, que añade a su formación en dirección de cine. Y eso se nota. Al tema de su película lleva algunas de las ideas de Richter, a quien estudió en profundidad, que siguen siendo válidas para hoy. «Me enamoré de la idea de hacer una exploración de la creatividad humana, de cómo es posible esta alquimia en estas personas, que transforma todas las heridas de su vida en arte», dice el director.
Ficha Técnica
- Dirección: Florian Henckel von Donnersmarck,
- Guion: Florian Henckel von Donnersmarck,
- Intérpretes: Lars Eidinger, Sebastian Koch, Tom Schilling, Paula Beer, Rainer Bock, Florian Bartholomäi, Oliver Masucci, Hanno Koffler, Ben Becker,
- Fotografía: Caleb Deschanel
- Montaje: Patricia Rommel, Patrick Sanchez Smith
- Música: Max Richter
- Duración: 188 min.
- Público adecuado: +18 años (X+V)
- Distribuidora: Avalon
- Alemania, Italia (Werk ohne autor), 2018
- Estreno: 12.4.2019