La princesa prometida

La princesa prometida: Irónico cuento de hadas

· La princesa prometida fue realizada en una época en que el director Rob Reiner, el guionista William Goldman, Peter Falk -que interpreta al abuelo- y Mark Knopfler estaban en su mejor momento y realizaron una obra maestra.

Ya han pasado treinta y dos años desde que La princesa prometida hechizó, literalmente, a casi todo el mundo. Cientos decían por la calle, «Mi nombre es Íñigo de Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir»; otros decían, más brevemente, «Inconcebible»; unos estaban locamente enamorados de Buttercup, otros de la guitarra de Mark Knopfler. ¿Recuerdan?

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Un niño enfermo se aburre en casa sin más compañía que sus videojuegos, de repente llega su abuelo para estar un rato con él -cosa que el pequeño, inicialmente, no aprecia demasiado- y, peor aún, le ha traído un libro y piensa leérselo. «Cuando yo era joven, los juegos se llamaban libros». En cualquier caso, el pequeño deja que empiece a leer y luego… no puede parar, la historia le entretiene, cautiva, seduce. Es lo que tienen las grandes narraciones -y los buenos narradores-. El relato, que podría haber sido otra aburrida historia de amor, se llena de aventura, misterio, poesía y mucho humor.

La princesa prometida no ha envejecido -solo habría que cambiar los videojuegos para que fuera contemporánea-; fue realizada en una época en que el director Rob Reiner (Cuenta conmigo), el guionista William Goldman, Peter Falk -que interpreta al abuelo- y Mark Knopfler estaban en su mejor momento -se diría que tocados por la gracia- y realizaron una obra maestra. Hasta se consiguieron a un gigante llamado André, para el papel de gigante.

El guion es uno de los más perfectos que se hayan escrito, y Reiner supo hacerle justicia, dar un tono de cuento clásico popular, es decir, para todos sin que importen las exageraciones porque en cuanto el público -el niño y nosotros- acepta las convenciones, la película funciona de maravilla.

Solo queda agradecer la idea de reestrenarla para verla de nuevo en sala oscura y pantalla grande.