Independence Day: Contraataque

Independence Day: Contraataque | Que veinte años no es nada

· Will Smith se ha perdido la fiesta por subirse a la parra en sus exigencias económicas, nos queda su foto, el recuerdo de su heroísmo y su [sic] hijo habla de su trágica muerte.

Como en Los tres mosqueteros de Dumas, esta secuela comienza «Veinte años después». En la Tierra se celebra el aniversario de aquel 4 de julio con alguna exhibición de las mejoras introducidas en nuestro planeta gracias a la tecnología alienígena. Alrededor del planeta se ha establecido un anillo de defensa y en la luna hay una base militar con un gigantesco artefacto capaz de destruir (teóricamente) flotas enemigas. Cazas ultra modernos van y vienen de la tierra a la luna. Entonces sucede lo previsto: el enemigo vuelve.

Roland Emmerich (Asalto al poder, Anonymous) sin despeinarse, vuelve a destruir Londres y la Casa Blanca, que parece ser su afición favorita, y rueda la misma historia, la misma incluidos los veteranos que recuperó de la primera aventura, incluido el heroico presidente; Will Smith se ha perdido la fiesta por subirse a la parra en sus exigencias económicas, nos queda su foto, el recuerdo de su heroísmo y su [sic] hijo habla de su trágica muerte; este hijo será uno de los héroes de esta nueva entrega. Pequeños conflictos entre algunos de los personajes -tan poco ingeniosos que algunos se utilizaron en Acorazado-, sabios consejos de los veteranos, algún detalle de humor aderezado con unos efectos especiales mejorados, y un mensaje de paz universal entre todos los gobiernos del planeta. Todo ello conocido, se trata de una película de palomitas, pero muy bien hecha, entretenida y sin pretensiones (salvo la de una gran recaudación).

Hay una novedad en Independence Day: Contraataque que no revelaremos, y que promete una próxima entrega sin tener que esperar veinte años.