Todos tenemos un plan: Un argumento caprichoso e inverosímil

En una reciente entrevista, Viggo Mortensen afirmaba que, de 100 guiones que le llegan, 99 son malos… lo que nos llevaría a concluir que Todos tenemos un plan es la excepción: el guión bueno. Y aquí llega la sorpresa, porque esta oscura historia de suplantación de identidad entre dos hermanos gemelos es todo menos una historia bien escrita.

A la salida del pase, un veterano crítico que escribe en estas páginas me dio la clave para juzgar la cinta: todo es un puro capricho. La historia está al servicio de una trama inverosímil que, cuando viene bien se esfuerza por explicarse y cuando no, no. Los personajes actúan sin seguir una pauta coherente y las situaciones se encadenan con poca lógica.

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El resto -la solvencia de Mortensen (a pesar de la papeleta de sostener a un personaje sin fuelle), la buena fotografía, el tono oscuro de tragedia griega- es hojarasca, humo que apenas esconde la cruda realidad, que donde no hay un guión, todos tenemos un problema.

Como dato de premios cabe reseñar que Todos tenemos un plan obtuvo 5 nominaciones, incluyendo mejor ópera prima, a los Premios Sur.

La fotografía.

La arbitrariedad de la historia.

Ficha Técnica

  • Lucio Bonelli
  • Irene Blecua, Alejandro Lázaro
  • MLucio Godoy
  • PaísArgentina/ España/ Alemania
  • Fox
  • 117 minutos
  • +18 años (violencia cruda, sexo incidental)
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