La casa del miedo: Unas semillas de naranja

La casa del miedo es Drearcliff House, un viejo castillo en Escocia con mala fama. A esta casa se han trasladado siete excéntricos jubilados que forman una especie de club llamado «los buenos camaradas». Estos jubilados han contratado un seguro de vida dejando cada uno de ellos como beneficiario al/a los supervivientes. La aventura comienza con la visita del investigador de una compañía de seguros a Sherlock Holmes: dos de los camaradas han fallecido poco después de recibir un sobre que contenía unas pepitas de naranja.

La casa del miedo es la décima de las catorce películas de Sherlock Holmes protagonizadas por Basil Rathbone (Holmes) y Nigel Bruce (Watson). La expresión «Elemental mi querido Watson», que no fue escrita por Conan Doyle, viene de esta serie que, además, creó el icono de un Watson mayor, bonachón y torpe. Las dos primeras películas fueron producidas por la Fox y rodadas en 1939. Las otras doce fueron obra de la Universal. Las tres primeras sorprenden por su ambientación: Holmes vive en el momento presente y su talento se dedica a combatir la Alemania nazi, son thrillers de espías. A partir de la cuarta película, Sherlock Holmes desafía a la muerte, la Universal adoptó un estilo más clásico: niebla londinense, pipas, deducción holmesiana, aunque la acción no siempre se situara en el siglo XIX. La calidad de las producciones, hay que decirlo, fue a menos, de modo que nadie sintió que Vestida para matar (1946) pusiera fin a la serie.

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Parte de este venir a menos tuvo su origen en que Basil Rathbone estaba harto de su personaje y quería hacer otros papeles. La casa del miedo, décima interpretación de Holmes por Rathbone, se resiente de esta fatiga, tanto más cuanto que el guionista Roy Chanslor, en su única contribución a la serie, repite los múltiples asesinatos con monótona cadencia y simetría. De todas maneras el actor cumple y su cansancio se notará más en las últimas cintas.

La película brilla por su ambientación: un siniestro y viejo caserón, buena parte de la acción transcurre de noche. Los actores dan la talla, en este caso más Nigel Bruce, entregado a la causa, jovial, chispeante, incluso es él quien descubre la pista decisiva para resolver el caso. Pero la historia de Chanslor no es demasiado interesante, claramente se ha esforzado en imitar los capítulos precedentes con poca chispa. Del relato original de Conan Doyle, Las cinco semillas de naranja, sólo queda la aparición, apenas con sentido, de estas pipas. De hecho, esta película recuerda más a Diez negritos, de Agatha Christie, que a un Sherlock Holmes. La solución del caso, muy al final, no es especialmente brillante.

Dirige Roy William Neill, quien filmó 11 de las 12 películas de la Universal. Británico de origen, nacionalizado norteamericano, muestra su cariño por el detective de Londres en la pulcra recreación del estudio de Baker Street donde se puede apreciar -si uno se fija- hasta la babucha que utiliza Holmes para guardar su tabaco. Por lo demás, dirige bien a sus actores e imprime, como siempre, un ritmo fortísimo a la acción. Entre los personajes recurrentes de la familia Holmes aparece el Inspector Lestrade (Dennis Hoey), responsable a su vez de que medio mundo crea que el célebre detective de Scotland Yard era idiota. Esta es la quinta de sus seis apariciones en la serie de la Universal.

La casa del miedo es una película digna, bien interpretada. Dentro de su serie no es la mejor ni la peor, es un término medio. Por otra parte, no hay que olvidar que pertenece a un género pre-televisivo con múltiples condicionantes, y responde al gusto de una época que no coincide exactamente con el nuestro. Aún así, se ve con agrado.

⇒Todas las películas y series de Sherlock Holmes

Ficha Técnica

  • Fotografía: Virgil Miller
  • Montaje: Saul A. Goodkind
  • Música: Paul Sawtell
  • País: EE.UU. (Sherlock Holmes and the House of Fear), 1945
  • Duración: 69 min.
  • Distribuidora: Universal
  • Público adecuado: +12 años
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