En tierra de sangre y miel: Una lucha contra el olvido

Difícil resulta imaginarse una campaña de ACNUR sin la imagen de la actriz. Su faceta solidaria es archiconocida. Con tal compromiso, no sorprende que la actriz haya dado el salto a la dirección con un guión propio para contar las atrocidades que se cometieron en la guerra de Bosnia. Así nace En tierra de sangre y miel.

La cinta es un grito desesperado que plasma las frustraciones de su autora ante la violencia y revela al mismo tiempo su falta de experiencia, sobre todo a la hora de mantener el ritmo de la narración.

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No hay duda de que la intención merece la pena (la guerra de los Balcanes es uno de los acontecimientos más sombríos del final del siglo XX) y el esfuerzo es admirable, más aún sabiendo que Jolie participa en la producción y se atreve con actores locales y el serbio como idioma. La cinta, rodada casi por entero en Hungría, tiene una cuidada producción y logra generar una atmósfera estéticamente creíble con unas localizaciones muy acertadas.

El problema está en el guión. La historia central -un idilio amoroso entre una pintora bosnia musulmana y un soldado serbobosnio- arranca bien pero va perdiendo fuerza, por deficiencias en la construcción de los personajes (son esquemáticos y no consiguen cautivar al espectador) y poca compensación con el resto de tramas (que, por el contrario, acaban teniendo más fuerza que el conflicto amoroso).

Al enclenque guión se suma una realización excesiva que convierte la película, en su segundo tramo, en una sucesión de atrocidades. La crudeza de algunas imágenes (a veces cuesta mantener los ojos abiertos) es comprensible, se entiende –y se comparte- el interés de la actriz por denunciar cómo se utilizó en esta contienda la violación como arma de guerra… lo que no es tan justificable es la reiteración de elementos truculentos, aún menos, cuando el tratamiento que se hace del conflicto es bastante superficial. Esta repetición hace perder fuerza a la denuncia y lastra la narración que no encuentra puntos de giro que hagan avanzar la acción.

En resumen, y como ocurre muchas veces con las operas primas, la cinta denota el valor de la directora al entrar en terreno peligroso pero también su error al intentar abarcar muchas cosas -muchas y muy delicadas- . Un error que acaba restando profundidad al contenido y descuidando la manera de contarlo.

▲ La atmósfera y los escenarios.

▼ El guión es flojo y hay un exceso de crudeza.

Cristina Gómez

Ficha Técnica

  • Fotografía: Dean Semler
  • Montaje: Patricia Rommel
  • Música: Gabriel Yared
  • País: EE.UU.
  • Duración: 127 min. +18 años (Violencia y sexo crudos, temática)
  • Distribuidora: Aurum
  • Estreno: 2-3-2012

In the Land of Blood and Honey, 2011

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