Paralelos desconocidos

Paralelos desconocidos: Disney con toque francés

En una tranquila y montañosa aldea gala, próxima al CERN (acelerador de partículas), cuatro adolescentes celebran su graduación y el cumpleaños de uno de ellos. Se trata de Sam, Bilal, Romane y Víctor. Sam y Víctor son hermanos, Víctor es más joven pero es brillante y siempre ha estado en la clase de su hermano mayor, y comparte sus amigos; Bilal es de origen árabe, huérfano de padre, vive con su madre, que trabaja en el CERN; Romane también es huérfana de padre, vive con su madre y su pequeña medio hermana; y teme que el padre de su hermanita vuelva a casa. Los tres chicos están enamorados de Romane. La fiesta de cumpleaños tiene lugar de noche, en un viejo refugio excavado al pie de la montaña. En plena celebración se produce un fallo eléctrico: en el momento en que encienden el acelerador de partículas se va la luz, Víctor y Romane desaparecen, y junto a Sam aparece un desconocido, un adulto que dice ser Bilal. Al mismo tiempo, en un universo paralelo, Sam y Bilal son los dos que han desaparecido.

Paralelos desconocidos es una miniserie, una historia juvenil en seis capítulos, realizada para Disney+. Tiene muchas características de Disney, pero personalidad propia, lo que constituye una sorpresa muy, pero muy agradable. Se trata de una serie europea, lo que se nota tanto en la ambientación como en el tratamiento de los personajes. Es más fácil entenderlos como algo próximo y no como simples actores de una trama que puede ser entretenida, pero que resulta ajena. Se trata de una historia joven, pero no infantil. Hay paradojas espacio-temporales, problemas familiares, problemas entre hermanos, entre amigos y también problemas sentimentales. Ninguno de ellos está tratado a la ligera. Algo semejante sucede con los protagonistas, los cuatro amigos y sus progenitores, e incluso al policía local, físicamente distinto al de Stranger Things, pero mental y afectivamente semejante y con tendencia a ir a más.

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Dicho esto, esta miniserie tiene más que ver con la serie alemana Dark, de Netflix, que con Stranger Things. La realización es simple y eficaz y los vuelcos de cámara resultan un magnífico recurso para marcar la transición de un universo a otro. La intriga funciona, pero la historia siempre mantiene el centro de interés en los personajes.

En resumen, una buena serie centrada en la amistad de unos adolescentes, sus sueños e ilusiones y sus familias. Un enfoque moderno y clásico al mismo tiempo.