El arte del montaje. Una conversación entre Walter Murch y Michael Ondaatje
El paciente inglés, película basada en una novela ganadora del Booker del canadiense Michael Ondaatje que dirigió el fallecido Anthony Mingella, propició el encuentro del escritor con Walter Murch, montador y editor de sonido de la cinta, galardonado con sendos premios por esos trabajos en 1998. Nació una buena amistad y la idea de este jugoso libro en forma dialogada.
Murch, neoyorquino de 68 años, colega universitario de Francis Ford Coppola y George Lucas, ha montado y sonorizado películas muy importantes, incluyendo Apocalypse now, por la que ganó en 1980 el Oscar al sonido. Trabaja en el cine desde 1969, año en que montó Llueve en mi corazón. Entre sus trabajos se encuentran títulos como Julia, Ghost, El primer caballero, El talento de Mr. Ripley, Jarhead y Cold Mountain.
«Pensar en Walter Murch -dice Coppola en unas palabras que se incluyen como prólogo del libro En el momento del parpadeo, publicado por Murch en 2001- me hace sonreír. No estoy seguro del porqué. Debe ser la combinación de su personalidad única, la seguridad que inspira su competencia, su apacibilidad y su sabiduría. Un Gerald Mac Boing Boing crecido, todavía juguetón y enigmático, pero conectado a tierra por una inmensa inteligencia.
Quizás también sea porque fue un colaborador esencial en las películas que siento más logradas de las que rodé: La conversación y El Padrino, parte II. Tengo un gran lugar en mi corazón para esas películas, y para The rain people, porque son las más cercanas a la meta que me había impuesto de joven: sólo escribir historias originales y guiones.
Esto es algo a lo que Walter siempre me animó, y conseguí lo mejor trabajando con él. Pero además Walter es un estudioso: filósofo y teórico de cine, y también un director dotado, como lo demostró en su hermosa Return to Oz. Nada es tan fascinante como pasar el tiempo escuchando las teorías de Walter, sobre la vida, el cine y los innumerables bocatto di cardinale de sabiduría que va dejando caer, como un sendero de pan a lo Hansel y Gretel: guía y nutrición.
También sonrío porque somos tan diferentes: tomo decisiones instantáneas confiando solamente en mi emoción y mi intuición, Walter, en cambio, es pensativo, cuidadoso y metódico en cada paso. Considerando que yo alterno entre la exaltación y el desaliento, Walter es constante, cálido y tranquilo. Tan ingenioso e intuitivo como yo, él además es constante.
Walter es un pionero, como me gustaría serlo, y es el tipo de persona que debe ser escuchada cuidadosamente y debe disfrutarse. Me imagino que pensará que amo y respeto mucho a Walter Murch, y así es, ciertamente».
Creo que Coppola explica mejor que nadie quién y cómo es Murch. Un hombre que ha probado todos los sistemas de montaje y que no tiene reparo en ir trabajando con asistentes nuevos en cada proyecto. Murch siempre se ha mostrado interesadísimo en el registro y la edición del sonido y sus reflexiones sobre ese asunto, a propósito de La conversación, ya de por sí son valiosísimas.
Ondaatje tiene el mérito de saber conversar-escuchar a un hombre que se explica muy bien y que logra que el lector iniciado (o lego) disfrute y aprenda con este libro magníficamente editado, con fotografías muy pertinentes que ayudan a entender el tema del que se habla.
«En realidad, es cuestión de orquestación: organizar las imágenes y los sonidos de forma que resulten interesantes y asimilables para el público. De forma misteriosa cuando tiene que ser misteriosa, y comprensible cuando tiene que ser comprensible”. Palabras de un maestro que habla sin rastro de narcisismo, sin esas declaraciones huecas que son tan frecuentes en los libros sobre cine que recogen conversaciones con gente que hace cine. Por cierto, en la parcela del montaje admira a David Lean, a Gerry Hambling (Arde Mississippi) y a Thelma Schoonmaker (Toro salvaje).
El arte del montaje. Una conversación entre Walter Murch y Michael Ondaatje
Walter Murch, Michael Ondaatje
Plot, Madrid, 2007
383 páginas