El mal ajeno

El mal ajeno: La vida del otro

El realizador, que ya dirigió en el 2002 el largometraje documental Un viaje Mar Adentro, making of de la película de Amenábar, esta vez se introduce en la ficción experimentando con una cinta de género: un thriller algo fantástico, bastante dramático, con toques de humor.

Diego es un médico que trabaja con pacientes terminales. Para sobrevivir, ha aprendido a inmunizarse ante los sentimientos ajenos. El problema es que ha repercutido en su familia: su mujer y su hija. Pero esta situación se transforma cuando alguien le dispara y de algún modo vuelve a nacer.

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En el desarrollo de la historia está presente la mano de Sánchez Arévalo -es el guionista- en cuanto a su gusto por lo cotidiano (los variados problemas de un hospital) salpicado de destellos preternaturales que tanto gustan al Amenábar de Los otros, mentor y productor de Santos.

La historia, con cierto tono gnóstico, se apoya en conceptos parecidos al milagro y al sacrificio, sin afán de mayor trascendencia, simplemente usados como elementos para armar la trama. Quizá lo más interesante de la historia se encuentre en esa evolución del protagonista (un Noriega avejentado para la ocasión, y bastante mejorado desde sus inicios con Tesis, allá por el año 96), que lleva a reflexionar sobre el dolor y sobre la necesidad de preocuparse por los demás.

La elección de estos elementos resulta atractiva, el suspense está asegurado y hay momentos de intensidad emocional. Sin embargo, la historia no acaba de generar empatía y, en ocasiones, te deja frío. Quizá porque con el afán de introducir tanto ingrediente de género, no se cocina del todo bien el producto. Y quizá también porque el papel de coprotagonista de Belén Rueda está poco perfilado, y contribuye a distanciar al espectador de la historia.

250 copias, un coste de unos 3 millones de euros y una gran campaña de promoción para una película que, sin estar mal, podía haber llegado más lejos. Se exhibió en la Sección Panorama de la Berlinale.

▲ La cuidada puesta en escena.

▼ El personaje de Belén Rueda, tan poco perfilado.