La ciudad de los fantasmas: Mafias camboyanas

En La ciudad de los fantasmas, Matt Dillon (Beautiful girls) cumple su sueño de ponerse al otro lado de cámara, además de co-escribirla junto con el escritor Barry Gifford (guionista en Perdita Durango, de Alex de la Iglesia), y se reserva el papel protagonista, Jimmy, un joven timador que huye de su pasado a las exóticas tierras de Camboya, donde buscará a Marvin (James Caan), mentor y figura paternal, para cobrar el dinero que le pertenece por su último trabajo, una estafa a gran escala a una compañía de seguros. Pero Marvin anda metido en oscuros negocios con las mafias del lugar y las cosas se irán complicando en una sucesión de crímenes y deslealtades, lo que provocará que Jimmy se vea involucrado en una rebuscada maraña movida por intereses económicos.

Pese a haber contado con un buen equipo técnico y artístico, Dillon no ha conseguido construir una buena película. El gran problema es la falta de ritmo e intensidad de una historia lineal y previsible, que deja frío al espectador. La construcción de los personajes, relacionados entre sí de manera ambigua y precipitada, no ayuda, y es una lástima, porque el reparto es de los buenos: Caan (inolvidable Sonny en El Padrino), Depardieu (Cyrano de Bergerac), Skarsgard (La insoportable levedad del ser) y McElhone (Ronin) resultan creíbles en sus interpretaciones de hombres desesperados en tierras extrañas.

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El trabajo fotográfico logra un eficaz retrato de las calles de una Camboya asfixiante, con colores saturados en ocres y unos paisajes oscuros y a menudo hostiles. Llama la atención también el manejo de la cámara, ágil y con ese aire a documental, tan presente en los últimos años.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (City of Ghosts, 2002)
  • Fotografía: Jim Denault
  • Montaje: Howard E. Smith
  • Música: Tyler Bates
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