V.O.S.

V.O.S.: ¿Ficción o realidad?

Clara y Manu son dos amigos de toda la vida que han decidido tener un hijo juntos. Ander y Vicky son dos novios que están dando estabilidad a su relación. Ander y Manu son amigos. Los cuatro coinciden y… comienza la historia.

El realizador catalán de 42 años Cesc Gay dirige su quinta película -una adaptación de la obra teatral homónima de Carol López– en la que vuelve a demostrar la facilidad que tiene para contar historias; esas historias que son pedazos de vidas de gente de aquí y ahora. Gente que vive instalada en una mentira (En la ciudad, 2003), gente que debía haber madurado y no lo ha hecho (Ficción, 2006). La mirada de Gay se detiene siempre en el amor, en la amistad, sometidos a prueba por circunstancias más o menos convencionales.

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En V.O.S. Gay se pasa del drama a la comedia, con una historia menos lograda que las anteriores. Se trata de un simple intercambio de parejas, integradas por «personajes egoístas» como los describe el propio director: «cada uno mira a lo suyo»; todo vale: quitar la novia a tu amigo o decidir tener un hijo porque sí.

Consciente de que el material del que parte no es muy allá, Gay se esfuerza por presentarlo de una manera atractiva, y la verdad es que lo consigue, apelando a una puesta en escena que recuerda al Dogville de Von Trier y a una narración temporalmente desordenada. Así se magnífica el vértigo que produce la mentira: los diálogos avanzan y retroceden, la ficción se mezcla con la realidad, en un intercambio voluntariamente confuso. Los actores son los mismos que los de la obra teatral y se nota para bien.