Fundación 2

Fundación 2: Ideas originales con envoltorio científico-mágico

Llegó la segunda temporada de la Fundación (Fundación 2) cuando ya creíamos que la serie iba a ser abandonada. Repite los mismos aciertos y los mismos errores que la primera entrega. Eso es una buena noticia para aquellos que apreciaron la serie, y será motivo de discusión entre los puristas entusiastas de Asimov. La historia transcurre más de un siglo después de lo que vimos en la primera temporada: como estaba previsto, la tensión aumenta en toda la galaxia. Los Cleon, la imperial dinastía clónica, pasan por horas muy bajas, el Imperio amenaza ruina. Día -el Cleon del medio- va a contraer matrimonio: quiere continuar la dinastía vía biológica normal, pero la reina elegida desea destruir el Imperio. Al otro extremo de la galaxia la Fundación propaga la Iglesia de Seldon y está dispuesta a hacer la guerra a Trántor. Mientras tanto Gaal y Salvor -la discípula de Hari Seldon y su hija, y el espíritu del propio Seldon– encuentran una colonia de mentalistas. Además se anuncian las conquistas de El Mulo y la intervención de una segunda Fundación.

Está claro que la historia que pretenden contar David S. Goyer y Josh Friedman es ambiciosa, compleja y plantea múltiples problemas. Se los plantearía a otros mucho más dotados que esta pareja, al propio Asimov si le ofrecieran escribir el guion de esta serie. El principal escollo consiste en trasladar la sencillez de la primera trilogía del escritor a la compleja mentalidad actual. Hay un envoltorio pseudo científico-mágico, harto farragoso, que no tiene nada que ver con el relato original. También hay ideas brillantes originales -toda la historia de la dinastía Cleon-, y otras que cuesta situar si uno no ha leído las novelas: la historia del Mulo, los avances tecnológicos de la segunda fundación, la historia del robot eterno. Además, hay que pagar el canon de lo políticamente correcto y evitar ofender a cualquiera (salvo a los creyentes de cualquier religión, relegada a simple superstición), aunque haya que modificar el relato de Asimov.

- Anuncio -

Los creadores salen bastante bien parados, manejan las cuatro principales líneas con habilidad. A falta de claridad expositiva, la atmósfera es convincente: se siente el lujo, la decadencia, la traición y la amenaza y, lo que más nos interesa, vemos avanzar la historia. La producción es apabullante y el reparto más que solvente. Todos los papeles principales, empezando por Jared Harris, repiten.