Sonrisas y lágrimas (1965), Robert Wise (parte 4): Luces, cámaras, acción
· Por deseo de Robert Wise, la filmación se llevó a cabo en Austria, la tierra natal de los protagonistas. Se realizó en Salzburgo, durante la primavera y el verano de 1964.
Para el papel del Capitán se eligió a un actor canadiense de 35 años, Christopher Plummer, que se había formado en el teatro de Shakespeare y acababa de cosechar una discreta fama por su papel en La caída del imperio romano (1964).
El reparto lo completaban: Richard Haydn, como el empresario Max Detweiler, que posibilita el lanzamiento del grupo familiar; Peggy Wood, como la reverenda Madre, llena de sabiduría y comprensión; y Eleanor Parker, en la estirada y antipática baronesa, que trata de desbancar a la joven novicia. En el capítulo de las curiosidades, la actriz que dio vida a la hermana Sophia fue Marni Nixon, actriz poco conocida que dobló las secuencias cantadas de Audrey Hepburn en My Fair Lady.
Pruebas de niños… que luego serían famosos
Para los papeles infantiles se hicieron pruebas a cientos de niños de entre 5 y 16 años. Robert Wise los buscó por todo Estados Unidos, pues no era fácil encontrar críos que supieran actuar y cantar perfectamente, además de resultar fotogénicos. Entre otros, fueron probados sin éxito algunos que después alcanzarían cierta fama como actores: es el caso de Mia Farrow, para el personaje de Liesl (“Buena lectura, muy buena interpretación, pero blanda: le falta energía”, anotó Wise). También para ese papel fue probada Lesley Ann Warren (“Excelente”, escribió el director). Y para otros papeles fueron tanteados los hermanos Osmond (“muy buenos y con mucho talento”) y Sharon Tate (“Una pena: no sabe bailar”).
Hubo una candidata que nadie se atrevió a discutir. Una niña de cinco años, Kym Karath, proclamó nada más entrar: “Estoy aquí para interpretar el papel de la niña más pequeña de la familia. Sé cantar y bailar, y además tengo muchísima experiencia. Soy perfecta para ese personaje”. Ni que decir tiene que se llevó el papel de Gretl.
Un rodaje accidentado
Por deseo de Robert Wise, la filmación se llevó a cabo en Austria, la tierra natal de los protagonistas. Se realizó en Salzburgo, durante la primavera y el verano de 1964.
El rodaje, no obstante la luminosidad y la alegría que vemos en la pantalla, no fue en absoluto un camino de rosas. Aquella primavera de 1964 fue especialmente gélida en Salzburgo, y los actores temblaban por el frío y la humedad bajo unas ropas muy ligeras que eran solo apropiadas para el ambiente cálido y luminoso que reflejaba el guión. Además, llegaron unas imprevistas lluvias torrenciales que dificultaron el rodaje en la ciudad y que retrasaron durante varios días las tomas con helicóptero que vemos en la secuencia inicial.
Por si fuera poco, las montañas de Rossfeld en las que estaba previsto rodar se convirtieron en auténticos lodazales, y para moverse en aquellos parajes el equipo tuvo que sustituir los jeeps que había contratado por unas lentísimas carretas de bueyes. Al final, ese esfuerzo sirvió de poco: nada podía filmarse contra aquellos cielos grisáceos, y hubo que esperar varias jornadas a que el sol empezara a filtrarse en medio de las nubes. Para amenizar la espera, la música que incesantemente sonaba provenía de un LP que poseía uno de los cámaras y que contenía canciones de… ¡Julie Andrews!
Aún hubo más percances. En una de las secuencias, Kym Karath tenía que mecer su canoa durante la filmación, al tiempo que Andrews la cogía, con gesto maternal. Una escena entrañable, pero en un instante se volvió trágica cuando el balanceo de la barca hizo que Julie no pudiera cogerla. La pequeña no sabía nadar y cayó al agua agitando los brazos. Un miembro del equipo que estaba cerca se lanzó de inmediato al agua y pudo rescatarla.
Pero las dificultades no surgían solo por las incidencias o las condiciones meteorológicas. De repente, algunos actores empezaron a fallar en los registros musicales. La voz de Christopher Plummer tuvo que ser doblada por Bill Lee, y otro tanto hubo que hacer con la veterana Peggy Wood, que había sido cantante de ópera y que tuvo que ser suplantada en la película por Margery Mckay. Para su desgracia, y por no dejar en mal lugar a los protagonistas, ninguno de estos dos cantantes pudo ver reconocido ese mérito en los créditos de la cinta.
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