25 grados en invierno

25 grados en invierno: Una inmigrante y un señor burlado

Parecen todos los actores tocados de gracia en este lío familiar -mejor, bi-fa­miliar-, que se desenvuelve, ¡se agita!, en un caluroso día de invierno en Bruse­las, 25 grados en invierno.

Una inmigrante ucraniana -perseguida por la policía- busca a su marido establecido en Bruselas; que­dan complicados en esa búsqueda la abue­lita española, su hijo nacido en Bélgica, incompetente profesionalmente, y la accidentada nieta. De presencia fugaz, o al otro lado del móvil, hay otros personajes no menos decisivos. De­ci­sivos para… para la solución que no se buscaba.

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Una comedia movida, al borde de lo disparatado. Prima el humor, porque no está exenta de problemas graves: la inmigración, la fidelidad matrimonial, los hijos… Esos problemas están ahí, perfectamente ahí, poniendo lí­mite a lo disparatado, con breves silencios de gravedad, con salidas a la ternura… De un modo genial, inexplicable, se consigue una ma­ravillosa unidad en el conjunto.

E igualmente, en la aparente disparidad en los actores: el francés Jacques Gamblin, la española Carmen Maura, la lituana In­ge­bor­ga Dapkunaite, y la niña Raphaëlle Mi­li­nier.

El co-guionista Pedro Romero -¡feliz escritura!- tiene un breve papel cómico.

Usa este tipo de comedia de un ritmo ágil, musical, o ayudado por la banda sonora -¡dos canciones bellísimas!-, pero en este film Vui­llet se detiene y se aleja de vez en vez de sus personajes y de su “enloquecido” día para fijar su cámara por breves momentos en las co­sas: farolas, árboles, automóviles, aceras con gente anónima… Son descanso, si se quiere, reflexivo.

Es evidente, se exige, que en una comedia de humor, en la que Carmen Maura (Abue­li­ta) despliega su capacidad cómica, todo tiene que acabar bien… Sí. Pero ni con risas ni con el premio gordo de la quiniela de fútbol puede uno admitir que el adulterio a deux sea aca­bar bien la cosa. Entre otros motivos… Lau­ra, la niña; y el otro niño del otro lado, que no sé cómo se llama. Que se lo pregunten a ellos si eso es acabar bien…