Fish Tank: Rebelde con causa

Mia tiene quince años y está sola. Su madre, soltera y de aspecto no mucho mayor que ella, es promiscua, está habitualmente borracha y apenas la ve. Su hermana pequeña no cuenta, es demasiado pequeña y un incordio. En casa y fuera de ella las conversaciones consisten en gritos e insultos. Mia fue expulsada del colegio y no tiene amigos. Suele vagar sola, beber sola, bailar sola. La música y la danza son su única afición, y por lo que vemos, no baila demasiado bien. Un día su madre lleva a casa a un nuevo amigo llamado Connor. Puede suponer un cambio para toda la familia.

La película de Arnold es triste y realista. La acción, una sucesión de anécdotas semicotidianas, ha sido rodada en “decorados naturales”, en unas horribles casas sociales para la clase obrera de Essex. Katie Jarvis (Mia) es una adolescente que Arnold encontró allí mismo; Jarvis no actúa, hace de sí misma y la cámara la sigue de cerca, al modo como los hermanos Dardenne (La Promesse, Rosetta) siguen a sus protagonistas, pero sin la profundidad de los belgas. Todo lo vemos con sus ojos, todo lo percibimos tal y como ella lo siente, y es muy probable que esta apreciación sea errónea e injusta. Pero el retrato de la niña queda esculpido con fuerza; vemos que es una criatura furiosa con la vida y con el mundo, que grita pidiendo ayuda y no sabe dónde encontrarla (suponiendo que la haya), y que se cree mayor… en definitiva, que es una adolescente, aunque sus circunstancias son más duras que la media.

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La aparición de Connor y el brusco despertar sexual de Mia marcan el final de la inocencia, una inocencia muy relativa, y la necesidad de madurar. La nota optimista final, en este contexto, parece un poco forzada aunque sirve para dar un poco de calor en medio de un panorama desolador.

Fish Tank, aunque se inserta dentro del cine social británico al que Mike Leigh y Ken Loach nos han acostumbrado, es más dura y ácida que la de estos directores, y al mismo tiempo carece de su profundidad. Arnold se limita a retratar a una criatura digna de compasión, y la compadecemos. Pero no hay nada más, ni cómos, ni por qués. Y entonces la historia nos parece excesivamente pequeña.

▲ La joven Katie Jarvis es un auténtico descubrimiento.

▼ El final es forzado.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Robbie Ryan
  • Montaje: Nicolas Chaudeurge
  • Música: Varios
  • Duración: 122 min.
  • Público adecuado: +18 años
  • Distribuidora: Alta
  • Reino Unido, 2009
  • Estreno: 30.4.2010
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.