Napoleón

Napoleón: Una película ridícula

· Crítica de Napoleón | Estreno 24 de noviembre de 2023.
· Que se retrate el despotismo absolutista y también el revolucionario sin embellecerlo me parece bien. Pero para hacerlo hay que ser inteligente.

Algunos esperaban mucho de la nueva película de Ridley Scott. Creo que muy pocas de esas personas serían críticos profesionales.

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Napoleón es una mamarrachada de principio a fin. Tiene un guion absolutamente risible. David Scarpa se instala en un tono de libelo revanchista que malogra su retrato de unos tiempos convulsos donde un militar inteligente y ambicioso quiere el poder a toda costa.

El texto inicial con el que se abre la película ya es un soberano disparate.

A mi juicio, hace mucho tiempo que Ridley Scott perdió su talento como narrador. Lo que le queda es la experiencia para hacer películas con un diseño de producción resultón que no duda en apelar al sexo con cronómetro en plan pachanguero.

El desastroso montaje, sembrado de rótulos señalando fechas y nombres de personajes, consigue que tengamos la impresión de estar en un falso documental hecho por los Monty Python. Lo de los fundidos a blanco causa risa y vergüenza ajena.

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Joaquín Phoenix se limita a ser a ratos el Joker, a ratos Cómodo, en otros momentos se le nota tan poco convencido de la construcción del personaje que le asigna el guion que simplemente se pone el traje y va a la oficina.

Lo de Josefina, no tiene nombre. Vanessa Kirby no logra en ningún momento algo distinto a mostrarla como una ninfómana despreciable.

Secuencias de batallas (Austerlitz, Borodino, Waterloo). Bien, pero no despiertan interés ni emocionan. La única que se salva es la toma del fuerte de Tolón.

El partido musical con ese recurso al cante jondo fusión magrebí es una calamidad atronadora.

Ridley Scott fue muy grande. Ahora es un anciano que aparece como director de un engendro que podía no haberlo sido. Es el momento de aclarar que la mitomanía napoleónica me cae lejos y para nada la reclamo. Que se retrate el despotismo absolutista y también el revolucionario sin embellecerlo me parece bien. Pero para hacerlo hay que ser inteligente. Y esta película es muy estúpida.

No es muy razonable que Scott se enfade cuando se le dice que su filme es incomprensible y diga que quien quiera comprender a Napoleón que lea libros de historia.

No, señor Scott, Napoleón no es un personaje de tebeo.

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