Sound of Freedom

Sound of Freedom: Enfrentar el horror

· Crítica de Sound of Freedom | Estreno 11 de octubre de 2023.
· Angel Studios compró finalmente los derechos de distribución y su estrategia de crowdfunding (ya empleada en The Chosen) ha vuelto a funcionar, demostrando el interés de la gente de a pie por visibilizar la película.

El próximo 11 de octubre se estrena en España Sound of Freedom, película independiente que ha sido un fenómeno de taquilla en Estados Unidos, por encima incluso de Indiana Jones y el dial del destino y la última de Misión imposible. Detrás está el equipo del director Alejandro Monteverde y los productores y actores Jim Caviezel y Eduardo Verástegui, que habían trabajado juntos en producciones anteriores como Bella (2008) o Little Boy (2015). En esta ocasión, se acercan a la trata sexual, especialmente el tráfico de menores. Un negocio que opera en distintos circuitos, se ceba especialmente con víctimas en países del tercer mundo, y del que el occidente más decadente es promotor y usuario.

- Anuncio -

Es esta lacra la que se trata de poner de relieve en la película a través de una historia inspirada en la experiencia real de Tim Ballard y su equipo, un ex agente federal de California que ha dedicado su vida al rescate de niños secuestrados por las redes de trata y que ha fundado la ONG Operación Ferrocarril Subterráneo (0.U.R.), el mismo nombre de la organización clandestina que en el siglo XIX rescataba esclavos de las plantaciones norteamericanas, y con la que hoy Ballard quiere combatir esta otra esclavitud silenciada.

La producción de la película es notable, esa rodada en distintas localizaciones naturales; las interpretaciones son buenas, especialmente en el caso de Caviezel que tiene que vestirse a veces con la piel del diablo y que deja transmitir, con su sola mirada, el sufrimiento interior de quiénes combaten en primera línea contra la pedofilia y la trata. Verástegui se mantiene en un discreto segundo plano y sobresale también Bill Camp, Vampiro, como hombre que purga su oscuro pasado. La sordidez del ambiente y de muchos de sus personajes queda reflejada a través de la puesta en escena y de pequeñas pinceladas de caracteres. En general, estos retratos son breves a excepción de los protagonistas, a veces contundentes (como el pedófilo del caso inicial de Ballard) y en otras ocasiones más planos (como la mujer del agente que no casualmente interpreta Mira Sorvino), pero todos refuerzan el tono de denuncia y concienciación que busca la película.

El guion es sencillo, contundente en algunos diálogos, muy centrado en la lucha de Ballard y personalizado en la búsqueda de una pareja de hermanos hondureños, Miguel y Rocío, secuestrados por una red dirigida por una antigua miss colombiana. Las imágenes reales que aparecen tanto en los créditos de inicio como al final sobrecogen al constatar la veracidad de una realidad que nos cuesta enfrentar por el horror que supone. Pero la película trata con extrema delicadeza la intimidad de los niños y renuncia a cualquier tipo de morbo gratuito. No es necesario explicitar para hacer muchas de sus escenas insoportables.

Una cinta valiente, de difícil digestión, pero que no ha dejado indiferente a la audiencia, como lo gritan los más de 182 millones de dólares recaudados en Estados Unidos. Tan clamoroso como este grito es el silencio, desdén cobarde, que ha recibido por parte de Hollywood y de grandes distribuidoras como Disney. La película, originariamente de Fox, llevaba más de tres años terminada. Cuando Disney compró Fox, el filme quedó en manos de la nueva distribuidora, pero ésta rechazó su promoción, y con ella otras como Netflix, Amazon y Lionsgate. Su tema, y muy probablemente el carácter cristiano que presenta la cinta, no se consideraron “de interés” para su público. El taquillazo ya ha dejado claro que no es precisamente el público quien no tiene interés en ver esta película… y que quizá los motivos para el obstruccionismo del que ha sido objeto sean otros mucho más sectarios.

Angel Studios compró finalmente los derechos de distribución y su estrategia de crowdfunding (ya empleada en The Chosen) ha vuelto a funcionar, demostrando el interés de la gente de a pie por visibilizar la película. Sound of Freedom es un potente grito ante un problema real y silenciado.