Tiempo de valientes: Rechifla sanota

Tiempo de valientes | Damián Szifrón, 30 años, se presenta a sí mismo como un grandísimo cinéfilo desde la infancia. En 2003 realizó su primera obra, En el fondo del mar, que obtuvo una mención especial del jurado en el Festival Internacional de San Sebastián. En el Festival del Mar del Plata había obtenido el Ombú de Plata a la Mejor Película Iberoamericana, y también el Fipresci de la Crítica Internacional.

Su exitosa serie televisiva –Los simuladores-, de la que es director y guionista, ha obtenido muchos premios y Sony International ha comprado los derechos para hacer remakes en otros países.

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En Tiempo de valientes, Silverstein (Diego Peretti) es un psicoanalista que, a raíz de un accidente de tráfico, es demandado en un juicio penal. Su abogado le aconseja que solicite al juez una probation, figura legal por la que no se abre juicio y el acusado se compromete a realizar tareas, dentro de su actividad profesional, en bien de la comunidad. La tarea que el juez asigna a Silverstein es la de atender a Alfredo Díaz (Luis Luque), un inspector de la Policía Federal hundido anímicamente por la infidelidad de su mujer.

El psicoanalista debe así improvisar una sesión itinerante de psicoanálisis mientras acompaña al inspector Díaz en la investigación de un crimen, sumergiéndose de pronto en el universo policial. Sucesos imprevistos e inesperados obligarán al inspector de policía y al psicoanalista, que se hacen amigos, a enfrentarse a grandes peligros, físicos y emocionales, para los que en principio no estaban preparados.

Ésta es la trama, mejor dicho, el comienzo, el inicio de la película. El grueso de la película -que es un poco más larga de lo habitual- viene constituido por esos sucesos imprevistos e inesperados a los que se enfrentarán los dos amigos.

El film está hecho con grandes medios y al modo norteamericano -carreras, explosiones, voladuras, etcétera-. Szifrón asegura que su formación cinematográfica -se entiende que la técnica- es norteamericana. Pero su narración tiene un carácter peculiar, creativo, que hace que Tiempo de valientes sea una obra argentina, pues hay lugar para el coloquio, para las escenas de ambiente cotidiano, para la creación de personajes y, con ello, para la interpretación. Todo está envuelto y dicho con humor, agudeza en los diálogos, originalidad en las situaciones, incluso suspense… La trama y el aspecto exterior de la película parece construido sobre la falsilla de ciertos films norteamericanos de policías y criminales…, films planos y repetitivos; pero Szifrón tergiversa, convierte su falsilla en una broma, en una burla amable, en rechifla, que ridiculiza sin herir (me parece) y divierte.Y hay tanta química entre los dos protagonistas que la historia acaba sin acabar, abierta… quizá a una segunda parte.

Alto entretenimiento. Una película muy singular y de categoría. Me atrevo a decir que es argentina con buscado disfraz usa.

Ficha Técnica

  • País: Argentina, 2005
  • Lucio Bonelli
  • Alberto Ponce
  • Guillermo Guareschi
  • Notro Films
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