Aquellos que desean mi muerte

Aquellos que desean mi muerte: Incendios y disparos

· Crítica de Aquellos que desean mi muerte | Estreno 7 de mayo de 2021.
· Lo mejor es la relación entre la mujer y el niño, con varias líneas de diálogo estupendas, que provocan la carcajada, aliviando la tensión de un thriller de 90 minutos.

Taylor Sheridan es autor de los guiones de tres películas que nos dejaron con la boca abierta: Comanchería, Sicario y Wind River. La última fue su primera experiencia como director y lo hizo muy bien.

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Cuando Sheridan asumió la escritura de la secuela, Sicario: El día del soldado, manejó el asunto con oficio, aunque la película tenía mucho menos nivel que la primera, que es impresionante.

Como en la serie de Remordimientos (bastante floja, basada en una novela de Tom Clancy), Sheridan (Texas, 1970) acepta un encargo y dirige y escribe Aquellos que desean mi muerte, en este caso basada en una novela de Michael Koryta. El resultado es una película discreta, que cuenta una historia de unos asesinos que buscan silenciar a un tipo incómodo que puede revelar secretos de una trama de corrupción que implica a muchos poderosos. Hay una bombera en crisis vital -interpretada por Angelina Jolie (Tomb Raider)- que se verá envuelta en el asunto.

Sheridan rueda en los bosques de Montana una cinta apañada pero anodina, con unos personajes cogidos con alfileres. Como en todas las últimas películas catastróficas, tiene efectos digitales a manta, usados para los incendios y las secuencias de acción.

La subtrama bomberil y las conexiones familiares funcionan regular. Lo mejor es la relación entre la mujer y el niño, con varias líneas de diálogo estupendas, que provocan la carcajada, aliviando la tensión de un thriller de 90 minutos.